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Columna
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Rick

Esta es la historia de una muerte anunciada que, finalmente, no se produce, o sí

Ángel S. Harguindey
Rick en 'The Walking Dead'.
Rick en 'The Walking Dead'.

Esta es la historia de una muerte anunciada que, finalmente, no se produce, o sí. Rick Grimes, el líder de los supervivientes de The Walking Dead (Fox), la serie de zombis que se emite en 126 países y en 33 idiomas, y cuyas nueve temporadas en Estados Unidos tienen una media de unos 10 millones de espectadores, es decir, la serie dramática por cable más vista de la historia, ya había anunciado que la dejaba en el quinto capítulo de su novena entrega.

[Atención, spoilers]

Se suponía que moriría en boca de los caminantes y casi ocurre así. Pero no; se salva gracias a un sorprendente por inesperado helicóptero que le rescata en el último momento. Y, sin embargo, a efectos de los espectadores está muerto o, para ser más precisos, desaparecido, pues no volverá a participar en las temporadas siguientes, aunque sí en los tres largometrajes que ya están pergeñando los productores.

Y ese esperado quinto episodio con la muerte o la desaparición anunciada del líder recordaba a la genial secuencia del estupendo Blake Edwards con la que comenzaba su muy divertida El guateque: Peter Sellers, un figurante sin frase en una batalla colonial, debía morir tras un primer disparo, pero se levantaba una y otra vez, malherido pero vivo, para enfado del director de la película. Era un figurante que se negaba a morir o, cuando menos, a hacerlo de un solo disparo. Lo mismo ocurría con Rick Grimes: malherido y asediado por los zombis, se levantaba una y otra vez, se montaba en un caballo, se caía del caballo, pero no se moría nunca por muy cerca que estuvieran los caminantes. Y así durante casi la mitad del episodio. La desaparición de Rick no podría ser fulgurante. Había que exprimir la situación hasta el hartazgo o, también, la risa.

Los que hemos seguido todas las temporadas de esta distopía que tanto bien ha hecho a los maquilladore

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