‘Star Wars’ a la japonesa
La nueva serie de animación 'Star Wars Resistance' utiliza las técnicas del anime para crear un universo más optimista
Los tiempos remotos y las lejanas galaxias de las que hablaba George Lucas cuando arrancó el fenómeno llamado Star Wars (La guerra de las galaxias) hace más de cuarenta años ya no son ni lo uno ni lo otro. Tras 10 largometrajes, cinco series de televisión y múltiples proyectos en marcha, ¿qué más queda por contar? Mucho, a juzgar por los comentarios de Athena Portillo, Justin Ridge y Brandon Auman, encargados de la nueva serie animada Star Wars Resistance (Disney XD). “Como nos dejen, tenemos intención de hacer 19 temporadas”, responde a EL PAÍS Auman, productor además de encargado de la historia de esta serie. “De momento nos hemos comprometido a una temporada de 22 episodios, pero el futuro es nuestro”, añade ambicioso, sin aceptar las limitaciones por el hecho de que las aventuras de esta serie transcurren en un plazo muy limitado de tiempo.
La trama de Star Wars Resistance arranca seis meses antes de los sucesos que acontecen en El despertar de la Fuerza. Incluso cuenta con algunos de los personajes de este filme, como Poe Dameron, la general Leia Organa o la capitana Phasma además del orondo robot BB8. “Y habrá más sorpresas y cruces de camino”, añade Ridge, productor y supervisor de dirección, admitiendo los lazos con ese filme.
No es que la serie sea una mezcla de imagen real y animación. Simplemente cuenta con las voces de los actores originales en el caso Oscar Isaac y Gwendoline Christie para dar “más credibilidad” —apunta Auman— a una historia completamente nueva dentro del mismo universo. Se trata de la historia de Kaz, un piloto joven e inexperto, pero con ínfulas, reclutado por Dameron para que espíe el posible nacimiento de lo que se convertirá en la Primera Orden, la organización que continúa con las ideas del Imperio Galáctico. “En el fondo, la historia es la misma durante toda la saga, inspirar a los más jóvenes a plantarse contra la tiranía. Somos la resistencia y vamos a luchar”, detalla el jefe de guion.
Aunque la base sea la misma, el método es diferente. Según recuerda Ridge, a Lucasfilm siempre le gusta explorar nuevos horizontes tecnológicos y en esta ocasión la animación, aunque es CGI, tiene una imagen plana para que los personajes, en lugar de volumen, ofrezcan un look más parecido al de la animación tradicional, hecha con lápiz y papel. “Le llaman estilo manga y es muy popular en Japón y en series de Netflix”, señala Auman de un look que para Ridge es la perfecta mezcla de la sensibilidad occidental con el anime oriental y permite una mayor ligereza en tono —“más cercana a los dibujitos animados de toda la vida”, se ríe— perfecta para una serie que quiere ser más optimista que otras sagas animadas anteriores.
A Portillo, la tercera productora de esta serie, creada y supervisada por Dave Filoni (responsable de la serie de animación Star Wars Rebels), ahora al frente de Lucasfilm Animation, le toca lidiar principalmente con el dinero. Y asegura que la técnica, aunque en apariencia es más sencilla, no ahorra nada. Los plazos de entrega son rápidos, con unas escasas nueve semanas para crear cada episodio. Como mujer y como profesional con lazos hispanos, a Portillo le gusta el mensaje de diversidad que Star Wars Resistance aporta a esta saga. “Es genial poder encontrar en la serie a alguien como tú. Esa siempre ha sido nuestra meta. Conectar a ese nivel con todos los que nos vean y se adentren en este universo, conocido para muchos pero nuevo para otros tantos”, dice.
Cuestión de edad
Con la llegada de Star Wars Resistance, aparecieron las críticas. Lo mismo ocurrió cuando la saga galáctica se hizo animación con The Clone Wars o Rebels. La crítica más extendida es que está dirigida a un público cada vez más infantil. "Cierto que nuestros héroes no andan muriéndose por ahí sin brazos", responde Auman en plan jocoso. Para los que acusan a Resistance de haberse disneyficado, contagiado del espíritu de los estudios Disney que compraron Lucasfilm en 2012, el productor tiene una única respuesta: "Star Wars siempre ha sido una saga familiar, una historia que vimos por primera vez en familia y luego compartimos con nuestros hijos". El ejemplo lo vive en sus carnes. Alimentando a ese niño que nunca llegó a crecer, Auman cita en su biografía que es un ávido coleccionista de juguetes de Star Wars y que escribió su primer guion aún de chaval viendo la trilogía original en vídeo. Un fanatismo, llamado coleccionismo, que comparten también Portillo y Ridge.
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