Acoso sentimental a Sofía Suescun en ‘Supervivientes’
El programa reúne en Honduras a dos exnovios de la concursante mientras impulsa un romance con otro participante
Supervivientes es, al menos en teoría, un concurso de supervivencia, como su propio nombre indica. Pero en esta exitosa edición en términos de audiencia el programa ha llegado a extremos que pueden definirse de acoso sentimental con la concursante Sofía Suescun. La navarra se ha visto obligada a convivir esta semana en las playas de Honduras con un exnovio (Hugo Paz), con el novio que tenía antes de llegar a las playas de Honduras (Alejandro Albalá) y con el hombre con el que la organización apuesta para que tenga un affaire (Logan Sampedro). Una decisión meditada por la productora para superar las audiencias de más del 30% que está logrando en esta edición. Y la han descompuesto.
Sofía Suescun es sin lugar a dudas una de las grandes bazas del programa. Espontánea, peleona, lenguaraz, con una enorme capacidad de adaptación y con una ya demostrada destreza para la supervivencia. Sus flirteos con Logan en los primeros compases del programa tiraron de la audiencia en un doble sentido: por la posibilidad de vivir en directo un romance en la isla y por la explotación en plató del despecho de Alejandro Albalá, expareja de Chabelita Pantoja y el novio que Suescun dejó en España antes de partir hacia Honduras.
La concursante se quebró ante la audiencia cuando el tal Alejandro acudió a la isla en un viaje relámpago con otro doble objetivo: romper con Suescun y promocionarse para seguir la senda de los platós a su regreso (y ser concursante el año que viene). La superviviente estrella logró reponerse del chasco sentimental, al tiempo que rompió los lazos que la unían con el que se aventuraba (en las galas del programa) como su próxima pareja.
El programa subió la apuesta. Decidió volver a tocar los sentimientos de Suescun al enviarle a un nuevo concursante para rellenar la sangría de abandonos. Le mandaron a Hugo, una de sus anteriores parejas, pero esta vez para que se quedara a ver si había tema. La concursante se repuso, escuchó los cantos de sirenas de algunos compañeros para que volviera a arrimarse a Logan y...
Entonces, el programa decidió subir la apuesta otra vez. Y esta semana le ha enviado a Alejandro Albalá para crear un cuarteto de amor/odio con Sofía Suescun en el vértice. "Estáis todo el rato sacando mierda, solo quiero solucionar las cosas", ha clamado la superviviente ante los envites coordinados de sus exnovios en presencia del hombre que ahora parece que le gusta. Y todos conviviendo muertos de hambre, siempre en traje de baño, tostados por el sol y vigilados por las cámaras.
La situación es irrespirable para Suescun, una más que posible ganadora del concurso por lograr sobrevivir tanto a las penurias y como al acoso sentimental al que está siendo sometida, una especie de bullying amoroso o como quiera llamarse. Porque ¿cómo puede definirse a una situación forzada para generar audiencia en la que la organización del reality decide concentrar en la misma isla sin salida a dos exnovios y a una protopareja?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.