Así se fabrica una gala de ‘Supervivientes’
Vivimos desde dentro la preparación del 'reality' estrella de Telecinco. La clave es una buena coordinación entre Honduras y Madrid
Supervivientes es uno de los formatos que más alegrías da a Telecinco en cuestión de audiencias. Sus cifras hablan por sí solas. Cuando el reality encara su fase final, las galas de los jueves acumulan una media de 3.158.000 espectadores y 28,5% de cuota de pantalla, lo que le convierte en el programa más visto y con mayor share de la temporada 2017-2018, según datos que facilita Telecinco. Además, esta edición está logrando la mejor media de cuota de pantalla de la historia del formato. El canal dedica tres noches a la semana al programa, martes, jueves y domingo (los dos primeros presentados por Jorge Javier Vázquez y los domingos, con Sandra Barneda), y en todas han sido líderes en sus respectivas franjas de emisión. Una gran recompensa para uno de los programas más complejos de producir de toda la televisión nacional cuya preparación vive EL PAÍS desde dentro.
Son las 18.00 del jueves 17 de mayo y en una sala de Mediaset una veintena de personas asiste a la reunión de escaleta en la que parte del equipo repasa los contenidos del día. Ya es la recta final antes de que comience una nueva gala con juegos, expulsión y nominados en Supervivientes. En paralelo, a 8.000 kilómetros de distancia, en Honduras también tiene lugar su propia reunión con un equipo que replica el de aquí. Porque si en Madrid hay un director, en Honduras hay otro, y así con cada puesto. En total, allí hay desplazadas unas 160 personas, todas de la productora Bulldog TV. Aquí, entre el equipo de Mediaset (para la parte técnica) y de Bulldog (para, sobre todo, contenidos), se supera también el centenar.
"Todos los días, a primera hora de la mañana, recibimos un resumen por escrito con lo que ha ocurrido en Honduras", cuenta Alfredo Ereño, director general de Bulldog TV. Los vídeos con ese contenido llegan a Madrid sobre las 14.30 y el equipo de dirección selecciona y ordena las imágenes. De ahí se obtendrán unos 20-25 vídeos que componen el contenido del programa. La primera escaleta —el documento con el contenido del programa detallado minuto a minuto— se envía a Honduras el día antes para comprobar que el plan hecho en Madrid es viable desde el punto de vista práctico. Una vez aprobado, entra en acción el guionista, que da forma narrativa a ese contenido.
Josep Tomás, director del programa en Madrid, lleva la voz cantante en la reunión de escaleta, donde se lee en voz alta todo el contenido de la gala y cada miembro del equipo toma notas de aquello que le afecta y se responden dudas.
El presentador, Jorge Javier Vázquez, llega sobre las 20.00 para el visionado de los vídeos en una de las salas de edición. Vázquez, que llega con ropa deportiva, aprovecha para cenar algo rápido (este jueves fue cecina y una bandeja con fruta) mientras comenta los vídeos con el director y el resto de equipo presente. "Así ve el tono de cada vídeo y los protagonistas principales, conoce la historia completa de cada trama, le comentamos los invitados que estarán para que sepa a quién tiene que dar paso...", explica Ereño. Después le tocará pasar por vestuario, maquillaje y peluquería y a las 21.30 ya debe estar en el plató para grabar algunas promociones que se intercalan a lo largo de la noche.
En paralelo se desarrolla el despliegue logístico para trasladar a los invitados, familiares o exconcursantes al programa. A las 19.30 todos tienen que estar maquillados y peinados. Antes de entrar al plató se reúnen con el coordinador de invitados para intercambiar impresiones sobre los concursantes y sobre los hechos que acontecen en los cayos, de forma que el equipo conozca de antemano sus opiniones.
El pasado jueves, el programa tenía un punto clave programado para las 0.40: la entrada en plató de Alberto Isla, expulsado de la semana pasada, y su reencuentro con Isabel Pantoja hija. Los expulsados que llegan al plató han permanecido totalmente aislados desde su expulsión. "Ni siquiera decimos en qué hotel están para que no vaya nadie. Y están con alguien de nuestro equipo las 24 horas. No duermen con ellos pero sí se quedan en la puerta para que no entre nadie", relata Ereño. Por eso, al leer la escaleta se hace especial hincapié en que en una pausa publicitaria, Isla será retirado del plató para que nadie le pueda avanzar nada. "La espontaneidad de ellos es lo que realmente vale, es un reality", destaca Ereño.
A las 20.40 empieza a pasar el público al plató 6 de Mediaset; a las 21.00 ya deben estar sentados. A estas horas, en los pasillos cercanos al plató se cruzan invitados, exconcursantes y personal del equipo. En el servicio una se puede encontrar con Saray y Melissa —expulsadas del programa, una por mala conducta y la otra por votación popular—, que se saludan como si nada.
Todo medido al segundo. Hasta que entran en acción las cosas del directo —y de depender de las inclemencias del tiempo—, que a veces obligan a tener un plan B completo por si todo falla. Ereño recuerda, por ejemplo, el primer programa de esta edición, que estuvo a punto de ser totalmente diferente. "A las 19.40, cuando estábamos viendo los vídeos, recibimos una llamada de Honduras diciendo que no pueden mover nada porque se avecina un huracán". Eso echaba por tierra los saltos desde el helicóptero con los que empieza el reality cada año e incluso dificultaba el traslado de los concursantes a las islas. "Hicimos una escaleta completamente nueva en 15 minutos. Tenemos un barco más grande para desplazar a los concursantes, pero los saltos había que quitarlos. Y en la palapa tenemos un rincón, que no suele verse mucho, donde se puede hacer un pequeño juego. Porque hay que hacer el programa sea como sea. Afortunadamente, el clima aguantó lo que duró el programa, luego cayeron chuzos de punta".
Empieza la gala y, mientras en plató las cosas transcurren más o menos como se ve en pantalla, el control de Supervivientes es un hervidero. Unas 15 personas del equipo técnico y de contenidos están en permanente comunicación con sus homólogos en Honduras, donde hay otro control igual que el de Madrid. El director está también en comunicación con Jorge Javier Vázquez dándole órdenes y comentando lo que ocurre, ante lo que el presentador en ocasiones reacciona en directo con risas o respuestas con las que se comunica con su director.
La señal llega desde América por triplicado para asegurarse de que no haya problemas aunque una de ellas se cortara. En las pantallas se puede ver la emisión, la señal de Honduras, de las diferentes cámaras del plató, lo que emite la competencia... La noche se vuelve loca o surrealista por momentos y en control se reacciona con risas y aplausos a las ocurrencias del presentador. Pero todo, misteriosamente, sale adelante gracias a una maquinaria engrasada a la perfección que hace posible la gran superproducción de Telecinco.
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