Un menú para celebrar Eurovisión
Varias opciones para que triunfes en la cena de esta noche al son de ‘Tu canción’
Se nota, se siente, Eurovisión está en el ambiente: esta noche se celebra uno de los momentos televisivos que mejor combinan el gustirrinín, la petardez, la canción ligera y la vergüenza ajena. Este año especialmente esperado y caldeado a base de momentos épicos en cada gala de Operación Triunfo, con una Amaia que le ha arrebatado a Rosa el apellido “de España” siendo, básicamente, ella misma -y adorable- todo el rato (y un chico que se llama Alfred que para mucha gente simplemente pasaba por allí). Si estás esperando como agua de mayo le guayominí dú puán, las escenografías locas, los estilismos imposibles y lo que le da sentido a todo, un montón de amigos con los que compartirlo, es posible que tengas que preparar algo de comer -y de beber, no nos vamos a engañar- para la ocasión. Y como de eso en El Comidista sabemos un poco, o eso esperamos, nos han invitado a preparar lo que Madame Monsieur llamaría “una sena de pigcoteo”.
Lo salado
En este tipo de reuniones una buena cantidad de entrantes pueden ser toda la comida, así que atentos a esta sección. Si en tu cocina impera la ley del mínimo esfuerzo y tus amigos son gente con criterio, puedes preparar una buena tabla de quesos como plato principal. Solo tendrás que seleccionar bien los quesos en cuestión y acompañarlos de nueces, orejones, pasas o avellanas, diferentes panes y alguna compota o mermelada y el éxito está asegurado por muy vagoneta que seas.
Si estás dispuesto a dedicar unos minutos a la pitanza, pero tus habilidades culinarias fallan más que la voz de Manuel Navarro, puedes optar por los aperitivos untables. El hummus en cualquiera de sus versiones -tradicional y canónico, tuneado con remolacha o zanahoria, o de judías blancas y setas- es una opción buena, bonita y barata, igual que el guacamole (cuya única dificultad está en encontrar aguacates en su punto óptimo de maduración, que no es poco). El tzaziki de manzana ácida y el yogur con tomates cherry confitados y piñones requieren un poco más de previsión, pero sorprenderán más que la victoria de los finlandeses metaleros Lordi en la edición de 2006.
Directos de tus pesadillas al escenario
Si tus euroacompañantes no se conforman con cualquier cosa y tienes asumido que te va a tocar currártelo un poco más, el horno puede ser uno de tus mejores aliados. Con una buena base de hojaldre -si la preparas tú te aseguras de que no lleva grasas ignotas, y no es tan complicado como parece- puedes preparar diferentes tartas saladas, como la de tomates cherry con mascarpone, una de espinacas salteadas con queso de cabra, pasas y piñones o una de higos secos -previamente remojados en agua tibia un par de horas y secados después con papel de cocina- a la que, ya fuera del horno, pondremos rúcula y jamón serrano. Si las preparas una vez, serán más esperadas que la vuelta de Abba (a los que también puedes homenajear con esta receta de albóndigas suecas sin tener que recorrerte todos los pasillos de Ikea).
La tortilla es otro invento divino perfecto para este tipo de eventos: la puedes preparar con antelación, admite infinitas variaciones y le gusta a todo el mundo. Puedes perfeccionar la clásica de patata -con o sin cebolla, hoy no entraremos en esa polémica- o innovar con boniato y bacalao, pan y chistorra o pisto, que arrancarán más aplausos que Salvador Sobral cantando Amar pelos dois.
Chistorra, tortilla y eurotemazos, ¿qué puede fallar?
Es posible que tengas invitados de esos que creen que sin carne no han comido y tengas que ofrecerles un buen trozo de proteína animal (para no tener que oírles más a ellos quejándose que a Amaya y Alfred). Un redondo de ternera rellena, un rosbif clásico, con achiote y zumo de naranja o curado con mostaza y romero siempre es una buena manera de alimentar muchas bocas con muy poco esfuerzo. Si la comida va a ser informal, siempre puedes convertirlo en unos bocatas campeones: solo necesitarás un poco de mostaza, pepinillos y cebolla caramelizada (la versión sofisticada también podría llevar encurtidos caseros y queso).
Lo dulce
Todos los asistentes a un eurosarao agradecen que les saquen algo dulce para terminar la comida, aseguran los resultados de un estudio basado en mi experiencia personal. Si eres de los nuestros y no estás dotado del gen que te habilita para la pastelería fina, tal vez estas propuestas sencillas pero muy resultonas te sean de ayuda. Empezamos con unas trufas que llevan aceite de oliva en lugar de mantequilla o nata: guárdalas en la nevera hasta el momento de servirlas si no quieres que se conviertan en un charquito. El tiramisú también tiene la ventaja de poder prepararse con antelación, así puedes tunearte nivel Conchita Wurst y resurgir como el Ave Fénix cuando lleguen los invitados.
Si quieres triunfar con solo dos ingredientes -y unas cuantas frutas como piña, mango, fresas o frambuesas para mojar- puedes preparar una salsa de chocolate, que también puede servirse sobre unas crepes. Si vas a encender el horno para preparar algo salado, puedes aprovechar para preparar esta deliciosa tatin clásica de manzana, y servirla con un poco de nata batida o helado. Puedes rendir homenaje a aquel año en el que cantamos ‘¿Quién maneja mi barca?’ de Remedios Amaya con este delicioso y ochentero banana split.
El bebercio
Aunque la OMS nos tiene dicho por activa y por pasiva que beber alcohol no es precisamente bueno, hay celebraciones que invitan al brindis y el achispamiento, y Eurovisión es una de ellas. Si quieres rendir un homenaje a los tiempos en los que Massiel y Salomé se llevaban el primer premio, siempre puedes desempolvar la botella de Ponche Caballero o preparar una leche de pantera o un lumumba (aunque no nos hacemos responsables de los posibles efectos secundarios de la mezcolanza).
Para quedar como un experto coctelero -sin tener que comprar ingredientes que seguramente no volverás a usar-, puedes optar por la versión mediterránea del bloody mary (si prefieres la ginebra, escoge la versión inspirada en las islas Simi). También hay opciones cuando quieres cócteles pero no tienes coctelera: el clásico mojito o la cerveza tuneada -hola, michelada- son buenas muestras de ello.
También es posible que hayas gastado toda tu energía preparando la comida, y a estas alturas solo quieras sacar un tapón de corcho o abrir una chapa. También podemos ayudarte en esto: tenemos un buen listado de vinos naturales que deberías probar, varios de menos de diez euros y cerveza para todos los gustos. Aunque todo el mundo sabe que los verdaderos devotos de El Festival -sí, con mayúsculas- se mantienen sobrios para no perderse detalle. Nuestro homenaje a estos héroes viene en forma de zumos y refrescos naturales sin azúcar, horchata casera y limonada; el suyo podría ser traernos el desayuno para superar la resaca (eurovisiva, claro).
Tres recetas para comer con los dedos
Banderillas con gelatina de vermú
Ingredientes
Para 4 personas
- 150 ml de vermú
- Gelatina o agar-agar
- 8 aceitunas gordal
- 8 filetes de anchoa
- 8 piparras o guindillas en vinagre (se puede sustituir alguno de los ingredientes por boquerones, cebollitas, pepinillos, alcaparrones o cualquier encurtido, o añadir huevos de codorniz cocidos, hay muchísimas posibles variantes)
Instrucciones
Calentar el vermú hasta la temperatura que aconseja el fabricante del agente gelatinizador, añadir la cantidad del mismo recomendada y mezclar hasta que se disuelva (si van a comer menores o abstemios, hervir previamente el vermú un minuto para que evapore el alcohol).
Verter en un molde cuadrado –un táper, por ejemplo– y dejar cuajar.
Cortar pequeños bastoncitos que quepan dentro de las aceitunas y rellenarlas con ellos. Otra opción, que pide un poco más de habilidad, es rellenar las aceitunas directamente cuando la gelatina haya cogido solo un poco de cuerpo –si está líquida del todo, se escapará por el agujero–, usando una huevera de huevos de codorniz para mantenerlas rectas.
Montar las banderillas envolviendo la piparra con la anchoa y pinchándolas en un palillo, junto a la aceituna rellena.
Crema de queso especiada con cebolla caramelizada y crudités
Ingredientes
Para 4 personas
- 1 tarrina de queso cremoso para untar
- 125 ml de yogur natural cremoso
- La ralladura de un limón
- ½ cucharadita de pimentón rojo
- ¼ de cucharadita de semillas de cilantro molidas
- ½ cucharadita de zumaque
- ½ cucharadita de pimienta (o las especias que se prefiera)
- 2 cebollas
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Agua
- Crudités (zanahoria, rabanitos, apio, pepino, pimiento, brócoli, minimazorcas de maíz)
- Tostaditas para servir
Instrucciones
Pelar y picar finas las cebollas, ponerlas en una sartén con 4 cucharadas de aceite a fuego medio, remover y bajar el fuego.
Cocinar tapado y a fuego muy suave –vigilando que no se queme– removiendo de vez en cuando hasta que la cebolla coja un color amarronado.
Es el momento de poner dos cucharadas de agua y remover durante unos minutos.
Cuando se vea marrón claro y con una textura melosa, añadir un pellizo de sal, apartar del fuego y reservar.
Mezclar el queso, el yogur, la ralladura de limón y las especias hasta conseguir una crema.
Servir en un vasito con la cebolla en la base, la crema encima y crudités y verduras como acompañamiento.
Trufas de naranja
Ingredientes
Para 4 personas
- 200 g de chocolate con 70% cacao
- 150 g de chocolate de cobertura (opcional)
- 1 yema de huevo
- 2 naranjas
- 50 ml de nata
- 50 g de mantequilla
- Cacao en polvo (sin azúcar)
Instrucciones
Cortar el chocolate con 70% de cacao –no el de cobertura– en trozos pequeños, picarlo o rallarlo.
En una ollita a fuego mínimo o en el microondas, calentar la nata y la mantequilla casi hasta que hiervan, mezclándolas bien.
Añadir el chocolate e integrarlo con una cuchara o varillas.
En este momento sumar la yema de huevo, la ralladura de la piel de las naranjas y dos cucharadas de su zumo y mezclar bien hasta integrar todos los ingredientes.
Dejar enfriar la trufa hasta que esté manejable y hacer 16 o 20 bolitas con ella.
Se pueden rebozar en el cacao en este momento, o hacerles una cobertura de chocolate crujiente, congelándolas y bañándolas en cobertura de chocolate fundida al baño maría o al microondas, con la ayuda de un palillo y dejándolas enfriar sobre un papel de horno o encerado y rebozándolas después también en cacao en polvo.
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