Zoé, los Vetusta Morla de México
La banda, que llena grandes recintos y es el máximo exponente del pop-rock independiente mexicano, publica nuevo disco, 'Aztlán'
Las comparaciones son odiosas, pero a veces inevitables. A Zoé le valen si son de su agrado. Si, como dicen, sirven para sumar. Es por eso que a este grupo poco le importa que, para que se les conozca más en España, se les llame “los Vetusta Morla mexicanos”. Aunque también podría ser al contrario: Vetusta Morla vistos como “los Zoé de España”. Solo haría falta saber en qué lado del charco se atiende a la música y, claro, estar dispuesto a escuchar comparaciones. “Vetusta Morla han sido siempre un espejo para nosotros”, reconoce León Larregui, cantante y compositor del grupo mexicano.
Larregui charla por teléfono desde México, días antes de la salida del nuevo disco de Zoé, Aztlán. En este sexto álbum de estudio cuentan con la producción de Craig Silvey, quien ha estado detrás de trabajos de Arcade Fire, Kasabian o Stereophonics. De hecho, el grupo mexicano es un combo ecléctico, repleto de influencias, que podrían alcanzar un lugar indeterminado pero real a medio camino entre Gustavo Cerati, quien les apoyó en sus primeros años y se los llevó de gira, y Nacha Pop, tal y como explica Larregui. Sin renunciar nunca a referentes actuales como los propios Arcade Fire o Tame Impala, aunque, según el compositor del grupo, tengan un sonido elaborado por sí mismo, "sin fijarse en otras bandas", ni siquiera Vetusta Morla. Es cierto: Zoé son una identidad propia tras dos décadas de carrera y con un público multitudinario, que en México llena grandes plazas. Un buen ejemplo sucedió el pasado 19 de abril cuando en una actuación improvisada, solo anunciada por las redes sociales, convocaron a más de 5.000 fans en La Glorieta de los Insurgentes de Ciudad de México durante la presentación de las nuevas canciones de Aztlán.
Larregui reflexiona sobre las ganas de la banda porque su nombre suene con más fuerza en España, donde estarán de gira en el mes de julio y por donde ya tocaron acompañando, precisamente, a Vetusta Morla. “Parte del sueño de ser músico es viajar. Nos encanta ir a España porque es conocer un país referente para nosotros. Hemos crecido también con su música y sin esa música no seríamos lo que somos”, confiesa Larregui, quien recuerda que también se han ido de gira con Dorian —“otros amigos en los que nos fijamos”—. Tanto Dorian como Vetusta Morla han apoyado al grupo y colaborado con ellos, como también lo ha hecho Anni B. Sweet y un peso pesado como Enrique Bunbury, quien tiene en México tanto predicamento como en España. “Hay una relación muy sana entre la música española y la mexicana. El rock español tiene más historia, pero ahora mismo en México goza de muy buena posición”, explica Larregui. De hecho, Bunbury, el gran músico visagra entre ambas orillas del Atlántico, ha sido también una especie de padrino para el grupo.
En la actualidad, Zoé es tal vez el máximo exponente de ese pop-rock independiente mexicano que, nacido de las bases alternativas, ha llegado a altas cumbres. Con dos décadas de carrera desde que sus miembros se empezaron a recorrer garitos de México con su maqueta, el grupo no ha hecho más que ascender en lo artístico y en lo comercial, situándose dentro de su propio universo. Un universo de “música existencial y aspecto espiritual”, como afirma su principal compositor. Su nuevo disco es una muestra perfecta. Aztlán responde a una leyenda mexicana sobre un lugar mítico de los aztecas que se conocía como una especie de paraíso. Larregui, que ha compuesto el álbum mientras su mujer estaba embarazada y esperaban al hijo, reconoce que en toda su música, como suele ser habitual en el pop, “se cuela el presente”, donde habitan el amor, el desamor, el encuentro y el desencuentro. Y no sólo es una cuestión sentimental, sino también del ambiente cotidiano en su país.
Cuando se refiere a presente, Aztlán, un disco con “un sonido más conciso y unos arreglos más directos” a su característico toque psicodélico, también se despliega como una aspiración emocional del propio México, un país que aspira a salir de “unos años muy difíciles”. “Son años de violencia, corrupción y una relación muy difícil con Estados Unidos. Este año queremos aún más que haya un cambio de Gobierno”, cuenta Larregui. “El reto inmediato es sacar a este partido —Partido Revolucionario Institucional— del Gobierno. Lleva mucho tiempo —desde el 2012—. Está más que comprobado que no gobiernan bien. La corrupción reina con impunidad. Necesitamos el cambio”, añade. Por su parte, el cambio ya se ha producido con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Su política xenófoba contra los inmigrantes afecta directamente al país vecino con la construcción del infame muro en la frontera. “El lado positivo es que México empieza a mirarse más dentro de sí mismo. Podemos centrarnos en valorar más nuestra cultura y nuestro potencial como país”, sostiene Larregui.
Babelia
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