El maltrato de Versace

Cuando Antena 3 anunció a bombo y platillo la adquisición de American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace para su emisión en abierto en España, los fans de las series tomaron la noticia con escepticismo y reservas. Están (estamos) escarmentados. El maltrato a la ficción extranjera en las cadenas en abierto es ya una tradición milenaria en nuestra televisión. Desde aquellas madrugadas con Doctor en Alaska o A dos metros bajo tierra en La 2 o los capítulos de Urgencias emitidos sin orden y a cualquier hora, hasta los saltos de Perdidos de un canal a otro, pasando por temporadas de American Horror Story en tandas de tres o cuatro episodios que arrancaban a medianoche o entregas de Homeland que descansaban varias semanas cuando quedaba por emitir solo su final. 

Como era de esperar, la programación de El asesinato de Gianni Versace en Antena 3 ha seguido esa línea desquiciada. Se estrenó el domingo 18 de marzo con tres capítulos del tirón, lo que llevó a sus espectadores hasta casi la una de la madrugada. Los tres siguientes episodios se vieron el domingo 25 y los tres últimos, el pasado martes. En 10 días se quitaron de encima la serie y tuvo su castigo de audiencia. Mientras que el primer día logró una media de 2.377.000 espectadores (15,6%), el segundo bajó hasta 1.508.000 (9,3) y se despidió con 1.299.000 (11,1%).

En los grandes canales en abierto, las series internacionales han quedado relegadas al verano, una época de bajo consumo televisivo en la que las parrillas se llenan de programas enlatados y ficción de consumo rápido. Series con capítulos autoconclusivos que solo requieren de una hora de atención del espectador o historias ligeras con superhéroes son las favoritas. El seriéfilo que quiere otra cosa se ve abocado sin remedio al pago.

Eso sí, en el caso de Versace, Antena 3 ha hecho una publicidad fantástica a Netflix, donde está disponible al completo desde este viernes. Sin cortes para anuncios. Sin horarios locos. Al ritmo de cada uno. Los espectadores de series internacionales ya aprendieron hace tiempo que las grandes cadenas en abierto no son lugar para ellos. Afortunadamente, hay otra televisión ahí fuera que sí les cuida.