Javier Lostalé: “En poesía, como en la vida, despojarse suma”

Pocas personas han hecho tanto por la poesía desde los medios de comunicación como Javier Lostalé (Madrid, 1942), que tal vez ha pagado con esa labor de difusión —sobre todo en Radio Nacional de España— la falta de atención hacia su propia obra poética. Autor de títulos como La rosa inclinada o La estación azul, acaba de publicar Cielo (Fundación José Manuel Lara).

¿Qué le llevó a ser poeta? Un libro y un poema: El libro de horas, de Rilke, y el soneto Insomnio, de Gerardo Diego.

Su nuevo libro es tal vez el más despojado, ¿a cierta edad sobran las palabras? En la poesía, como en la vida, despojarse suma.

Defina en tres palabras a su amigo Vicente Aleixandre. Tres veces amor: encarnado en amistad, solidaridad y fusión de cuerpos.

¿Qué poema ajeno le habría gustado escribir? El que empieza Si el hombre pudiera decir lo que ama, de Cernuda.

¿Cómo convenció a sus jefes de la radio para que hicieran caso a la poesía? Diciéndoles que la radio es palabra, música e imaginación: como la poesía.

¿Cuál es su mejor recuerdo de todos estos años en la radio? La creación con Ignacio Elguero del programa La estación azul. Y siempre mis compañeros.

De no ser poeta le habría gustado ser… Juez, por hacer del nombrar exacto del lenguaje una moral.

¿Cuál ha sido el último libro que le ha gustado? La relectura de los tres poemarios publicados por Pre-Textos de Mario Míguez, recientemente fallecido.

¿Cuál es la película que más veces ha visto? Inolvidable amistad (1955), de Franco Rossi. La vi 20 veces.

¿Qué está socialmente sobrevalorado? El triunfo, cuando a veces la derrota es el amanecer más puro.

¿A quién le daría el próximo Premio Cervantes? A Francisco Brines.