Cuando el ‘rock and roll’ salvó a Tom Petty
La primera biografía en español sobre la estrella estadounidense arroja luz sobre los maltratos de su padre y su incapacidad para encontrar el equilibrio en su vida familiar
Son muchas las canciones de Tom Petty que hablan de la posibilidad de un mundo mejor, pero poco se sabe del mundo que, lejos de los escenarios y los estudios de grabación, habitó su creador, fallecido el 2 de octubre del año pasado a los 66 años a causa de un paro cardíaco. El músico al que la revista Billboard, encargada de medir los éxitos de la industria musical estadounidense, nombró "líder absoluto" del rock, por sus más de 45 apariciones en lo alto de las listas, fue un hombre frágil, dañado desde niño por los maltratos de su padre en el seno de una familia pobre, escurridizo ante los focos de la fama e incapaz de encontrar el equilibrio entre el rock and roll y su vida privada. En palabras de Warren Zanes, autor de la biografía autorizada Petty (Neo Sounds), era alguien con una mentalidad que "tendía hacia la oscuridad".
No exagera Zanes, escritor, doctor de estudios culturales y guitarrista de la interesante y desaparecida banda The Del Fuegos, cuando escribe en su libro que las canciones fueron "el refugio" del compositor de Refugee, donde se podía oír a un hombre que "anhelaba un poco más de paz". La biografía Petty, que estará en las librerías españolas el 22 de enero con la traducción de Javier Lucini, es la más completa sobre uno de los músicos más importantes de la historia del rock y, según el prestigioso columnista de The New York Times David Carr, "uno de los tipos más interesantes que habían salido del Sur desde William Faulkner".
Nacido en la localidad sureña de Gainesville, en Florida, Petty daba sentido a la frase de Faulkner de que en el Sur "el pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado". Florida, un lugar de carácter incomprensible, descrita por Zanes como "el secreto sucio de Estados Unidos", marcó su vida. El entorno opresivo y violento de puertas adentro le llevó a aprenderlo todo por sí mismo, pero, más aún, la necesidad de ir en dirección opuesta a su padre. Era un hombre frustrado, con mal genio y aficionado a la botella, que pegó la primera paliza con el cinturón a su hijo cuando este tenía cuatro años. ¿El motivo? Había dado con un tirachinas a un coche. Fue la primera de varias.
Pero entonces apareció el rock and roll. Todo cambió cuando aquel chaval rubio acompañó a su tío a un concierto de Elvis Presley. No solo le vio actuar sino que le estrechó la mano, y, como escribe Zanes, "Elvis se convirtió en el símbolo del lugar al que Petty quería ir". Un lugar al que tardó en llegar. Su primera banda profesional, Mudcrutch, nunca salió del circuito local, marcado por el rock sureño y la sombra alargada de exitosos compañeros de viaje como los Allman Brothers. Tuvo que jugársela e irse a vivir a Los Ángeles, dejando a su mujer y su hija en Florida.
Zanes, quien tuvo un acceso privilegiado al entorno de Petty, arroja luz sobre personajes clave en el éxito del compositor de American Girl. Uno de ellos es Leon Russell, formidable pianista, que le dio consejos, se lo llevó a Los Ángeles y le enseñó la vida del rock entre bambalinas. Otro Bobby Womack, que le animó en el momento de mayor desorientación a grabar su primer disco. También el influyente mánager Elliot Roberts, quien llevaba a Neil Young, y le hizo ver que, al igual que Young, tenía que ser el líder de su propia banda. Sin democracia, Petty controlaría todo. Y otro Mike Campbell, exquisito guitarrista y su mano derecha, con el que formó Heartbreakers y arrancó su escalada a la fama, aun enfrentándose a su compañía de discos.
Petty no se entendería sin los Heartbreakers. El libro se encarga de poner en valor a una de las mejores bandas que dio la historia del rock and roll y también de explicar la dificultad de mantenerse unidos en la carretera durante 40 años. Su banda, de la que se separó en algunas ocasiones para buscar proyectos en solitario, sabía mejor que nadie cómo Petty necesitaba la música, obsesionado con grabar, girar y hallar luz en las canciones mientras, escondiéndose en las drogas y abrumado por los peajes de la fama, su prematuro matrimonio se desmoronaba lentamente. De esta forma, su primera mujer se hizo alcohólica. Su sentimiento de culpabilidad y su falta de adaptación a una vida familiar nunca le abandonaron. Pero tampoco el rock and roll.
Decía Petty que nadie puede comprender "el bombazo" que es hasta que lo vive. "La primera vez que cuentas hasta cuatro y, de repente, estalla el rock and roll, es algo más grande que la vida misma", explicaba. Esa vida a la que, como todos, siempre le buscó equilibrio, librándose de los aspectos más oscuros y componiendo canciones para hacer "todo más habitable".
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Autor: Warren Zanes.
Editor: Neo Person.
Formato: tapa blanda (432 páginas).
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