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¿Es tan bueno Lee Child como nos parece?

El escritor tiene una imaginación fértil y una responsabilidad que lo lleva a trabajar duramente en el plano informativo de cada título

Tom Cruise en 'Jack Reacher 2', adaptación de una novela de Lee Child.

Cuando lo despidieron de un cargo en la televisión británica, James D. Grant se convirtió en otro hombre: Lee Child. Con ese nombre escribió 22 novelas hasta el momento. Todas con el mismo protagonista, Jack Reacher, un PM (policía militar) gigantesco, implacable, con un optimismo a toda prueba para enfrentarse a conspiraciones internacionales, venganzas personales o “casos” policiales. Sería engañoso deducir que la similitud de cantidad de páginas y de protagonista se traduce en semejanza argumental o de tono. Child tiene una imaginación fértil y una responsabilidad que lo lleva a trabajar duramente en el plano informativo de cada título. Los libros recorren la vida de Reacher en zigzag: saltan no solo en el espacio, sino también en el tiempo. Hay numerosas novelas dentro del Ejército, y fuera de él, ya como justiciero itinerante de las rutas norteamericanas.

La mejor manera de empezar es con la primera de la serie: Zona peligrosa. Allí Reacher llega a un pueblo chico y limpio, lo detienen sin motivo y lo acusan de un crimen. Hacia la mitad, la temperatura sube con una conspiración dentro y fuera de Estados Unidos para hacer un contrabando masivo y sorprendente. El libro instaló el tono básico: violencia física extrema, humor en los diálogos, una capacidad fina para transmitir paisajes y entornos estadounidenses con eficacia y latido casi poético, o para acomodar decenas de personajes menores: mozos, parrilleros, peones. Lo depositó además en la lista de best sellers de varios países, de las que ya no se bajó. Otro buen libro es Un disparo. Una matanza en una parada de ómnibus oculta una víctima única disimulada en el montón de cadáveres. Una abogada sospecha. Reacher aparece convocado por el soldado acusado, y la ayuda. Aquí el villano es feroz, desencadenado, y relacionado con el negocio inmobiliario. Otra vez las cosas se aceleran a partir de la mitad. Fue la base del primer filme de Jack Reacher, donde el villano fue interpretado con gran gusto por el director alemán Werner Herzog.

La novela de Child tal vez más cercana a una complejidad literaria, tanto en la escritura como en el control de los múltiples elementos, es El enemigo. Ocurre en el fin de año de 1990. Reacher está aún en el ejército e investiga la muerte de un oficial en un burdel. A partir de allí se despliega una red relacionada con los tanques blindados. Otro eje sigue a Reacher y el hermano (un poco más alto incluso que él) en la visita a su madre francesa, enferma en París. Eso posibilita un paseo por la adolescencia de la dama, relacionada con la Resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial. Morir en el intento tiene a Reacher encerrado en la caja de una camioneta con una mujer a la que quiso ayudar, secuestrados ambos sin que se sepa por qué. Paralelamente, ocurren acciones extrañas. A partir de la mitad la red se espesa, mientras siguen subiendo hacia el norte. La última parte tiene que ver con delirantes separatistas y varias vueltas de tuerca.

Entre los lectores recientes adictos a Lee Child se cuenta César Aira. En un discurso sobre la lectura expresó bien el momento de duda del lector culto y entrenado ante estos libros destinados a pasar una página tras otra: “Cuando algo me gusta en exceso, como me está pasando recientemente con Lee Child”, confiesa, “tengo que preguntarme con severidad: ¿es realmente tan bueno como me parece?”. Todavía cuesta reconocer que tal vez entre las otras 21 novelas se cuenta alguna que, thriller o policial desatada, es mejor que El enemigo, su título más “serio”.

Elvio E. Gandolfo (San Rafael, Argentina, 1947) es autor de Dos mujeres (Periférica) y Mi mundo privado (Tusquets).

Las novelas de Lee Child están publicadas en RBA.

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