‘Knightfall’, así cayeron los caballeros templarios
HBO estrena esta ficción que cuenta el final de la orden en el siglo XIV
Tom Cullen se crio entre castillos en el norte de Gales. Un lugar impregnado de las leyendas artúricas donde el actor jugaba con sus amigos a los pies de las ruinas medievales. Un par de décadas después sigue jugando a ser un caballero, pero ahora en el trabajo. Cullen (conocido por su papel de pretendiente de Lady Mary en Downton Abbey) es el protagonista de Knightfall, una serie original del canal Historia estadounidense, que en España estrena este jueves HBO, y que relata cómo cayó la orden de los caballeros templarios en el siglo XIV.
"Mi salvaje pandilla de amigos y yo jugábamos alrededor de estos castillos y pretendíamos ser caballeros. Esta serie es una extensión de aquello. Como adulto me encanta sentir la inocencia de entonces y a menudo en el rodaje quien estaba era el pequeño Tom", cuenta el actor a EL PAÍS en un hotel de Madrid. Cullen interpreta a Landry, un caballero templario cuya fe se ve renovada 15 años después de la caída de Acre, un momento histórico que supuso el final de las Cruzadas, por las noticias que le llegan de la supuesta reaparición del Santo Grial. Fue tan gozoso sumergirse de nuevo en un mundo medieval de aventuras como cuando era crío, que a un par de esos amigos de los que habla los metió en la serie como extras para disfrutar de la experiencia con ellos.
"Landry es el personaje más complejo que he interpretado hasta la fecha. Es un tipo que está en guerra consigo mismo, es un hombre piadoso y religioso que descubre su humanidad", explica Cullen. "Es muy leal a su hermandad, pero les miente y tiene una aventura con una mujer. Es un guerrero feroz, pero empieza a ser consciente de su propia mortalidad. Es una decisión muy valiente por parte de los creadores de la serie tener un personaje principal que tiene tantos defectos siendo un héroe", describe el actor a Landry.
Cullen remarca que no es una serie sobre las Cruzadas de los cristianos contra los musulmanes. "Habla más sobre cómo la religión es usada por el hombre con codicia, por el poder. La religión y la fe es distorsionada y manipulada por necesidades humanas. La serie no va de enfrentar a una creencia contra otra. El Santo Grial es una metáfora sobre el acceso al poder", relata el actor. La serie trata de explicar qué pasó con los caballeros después de las Cruzadas. "Tradicionalmente, los espectadores están acostumbrados a ver una serie sobre el ascenso de alguien. Esto es algo más complejo y atractivo. Es una elección audaz. No hay un solo personaje que no sea multidimensional y complejo, que no esté lleno de contradicciones y que no tome malas decisiones. Todo el mundo se mancha las manos en esta serie", explica.
Cullen se muestra emocionado de haber vuelto a su niñez con esta ficción de diez episodios y que, según espera, tendrá muchas más temporadas. Pero no todo fue tan placentero en el rodaje. Por un lado, por tener que grabar las escenas de acción con cotas de malla de muchos kilos de peso. Por otra parte, porque se quemaron los decorados al inicio de la producción. "Levantaron el París medieval en los estudios más grandes de Europa, en Praga. Había palacios, callejones, mercados, iglesias, tiendas, era increíble. 400 personas, siete días a la semana para construirlo durante cuatro meses. Y se quemó en dos horas. Fue muy doloroso. Pero lo reconstruyeron mientras rodábamos y no perdimos ni un día de grabación", narra Cullen. "Estos increíbles trabajadores checos hicieron un trabajo inspirador. Trabajaron duro y devolvieron la vida a la serie desde sus cenizas literalmente. Fue un privilegio trabajar con ellos", remata.
La producción del canal Historia quiere, como hace con la serie Vikingos, acercarse todo lo posible a la realidad sin perder el espíritu de diversión. "Hemos tratado de contar de la forma más honesta y auténtica quiénes eran estos hombres sin olvidar hacer una serie entretenida. Hemos trabajado muy duro para que parezca real, y esa es la belleza del drama frente a lo documental. Me encantan los documentales, pero con el drama te puedes sumergir en un mundo, desaparecer durante una hora e imaginar y sentir lo que pudo ser la vida de esta gente. Y hacerlo divertido y entretenido", cuenta el intérprete. Para él, al menos, tan divertido como jugar con espadas de madera en un antiguo castillo medieval.
Conspirando con Jon Nieve
Tom Cullen también es protagonista este mes en HBO España con el estreno de la miniserie de BBC Gunpowder, en la que interpreta al golpista Guy Fawkes. La serie narra la fallida conspiración católica de 1605 contra el rey Jacobo I de Inglaterra. "Me dejaron a mis anchas con el personaje, estéticamente y con su personalidad. Fue un pelirrojo de pelo largo y larga barba. Tratamos con una peluca y yo parecía estúpido. Quería que se diferenciara del resto de conspiradores y que se viera diferente. Decidimos afeitarme la cabeza y conseguí que los escritores me quitaran todas los diálogos posibles para crear a este silencioso y aterrador hombre", cuenta el actor sobre su personaje. Esta serie está protagonizada también por Kit Harington (Jon Nieve en Juego de tronos). "Conozco a Kit desde los 19, fuimos juntos a la escuela de arte dramático. Siempre le estoy chinchando". "Soy muy fan de Juego de tronos, pero nunca le pregunto qué va a pasar", cuenta sobre su relación con el actor inglés. "Cuando me preguntan quién ganaría un duelo de espadas siempre respondo categóricamente lo mismo: yo ganaría. Si en el futuro le entrevistas, pregúntale si podría conmigo", dice entre risas.
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