TVE busca la nueva promesa de la moda

Isabel Mancisidor ha decidido cambiar los cables por las agujas. Esta mujer originaria de Santander quiere demostrar que a los 65 años es posible renovarse. Después de 35 años trabajando en su propio negocio de electrónica y tras jubilarse, está decidida a intentarlo en el mundo de la moda. “Vengo con la seguridad de que voy a ganar”, dice convencida la empresaria y autodidacta de la costura en la audición del nuevo talent show de moda que prepara Televisión Española, Maestros de la costura.

Mancisidor es una de las más de 60 personas que fueron seleccionadas de entre más de 10.000 solicitudes para formar parte de la primera prueba presencial para elegir a los participantes del próximo programa producido por la cadena pública en colaboración con Shine Iberia, productora de MasterChef. Solo 12 personas llegarán al final de la selección y se convertirán en aprendices de la costura.

La primera etapa del casting reunió a gente de todo tipo en Barcelona, Valencia, Sevilla y, por último, en la capital. “En España se cose más que en ningún sitio”, dice con orgullo la directora de casting del programa, Esther González, quien asegura estar sorprendida por el número de personas que han mostrado interés por participar en este formato. Mientras que en el país originario del show, Reino Unido, la mejor edición del programa tuvo 3.000 inscritos, la versión española ha superado los 10.000, según cuenta González. Francia, Alemania, Noruega, Dinamarca, Suecia y próximamente Portugal son otros países por los que los apasionados de la moda y la costura han sido examinados por modistas profesionales en televisión.

La diversidad y originalidad de los atuendos caracterizan a los competidores que se presentaron a las pruebas. Es el caso de Beatriz Gutiérrez, cuya vestimenta delata su pasión por el heavy metal. La joven de pelo rojo viste un corsé negro cubierto con cadenas en los costados. Esta madrileña de 23 años se inspiró en Iron Maiden para confeccionar un vestido de terciopelo azul envuelto con cien balas en la cintura y cadenas en los costados. “Me gustaría llegar a un desfile y que hubiera heavy metal. Es una combinación explosiva”, contó a EL PAÍS la estudiante de moda.

Jóvenes autodidactas y de escuelas de diseño, señoras mayores, gente de mediana edad, personas inspiradas por el folclore, padres de familia, arquitectos, empresarias, peluqueros… Este programa ha logrado reunir a un gran y variado abanico de personas, nerviosas por el reto al que se enfrentan de superar la primera fase de las pruebas, que consistió en enseñar una prenda confeccionada por ellos mismos. Creatividad, destreza y talento fueron los elementos que más tuvieron en cuenta a la hora de juzgar a los aspirantes.

Los participantes, aseguran, no buscan el foco de las cámaras. La única razón que les motiva a participar en este programa es su amor a la costura, según la directora de casting. Tal es el caso de Fernando Arce un arquitecto de 57 años originario de Bilbao que, tras haberse encontrado en el paro decidió dedicarse a la costura, una práctica con la que siempre había estado ligado. Arce todavía recuerda cuando, con tres años, se sentó junto a su hermana mayor y, mientras ella cosía su vestido de novia, él hacía lo propio con un muñequito. “La moda es un asunto de proporciones y volúmenes”, asegura este novel creador de ropa para eventos.