La Galicia posnarco de ‘Vivir sin permiso’
Jose Coronado y Álex González graban la nueva serie de Telecinco, con las tierras pontevedresas como telón de fondo
Desde lo alto de una escalera de piedra de la fachada principal del pazo A Toxeiriña, en la localidad pontevedresa de Moraña, Jose Coronado da instrucciones a un grupo de extras. En esta soleada e inusualmente calurosa tarde de octubre, la serie Vivir sin permiso graba el que será el final del octavo capítulo de los 13 que tendrá su primera temporada, que se emitirá en Telecinco en una fecha aún indeterminada. El actor propone ligeros cambios en la escena que consulta con el director y luego comunica a los figurantes que interpretan a un grupo de reporteros, entre los que se encuentran un puñado de periodistas que asisten este día al rodaje. Poco después azuzará al equipo para terminar de grabar antes de que se oculte el sol.
Una poblada y ya crecida barba —"es la primera vez que me la dejo porque me sale blanca desde los 30 y entonces me caerían todos los papeles de abuelo; pero ya va siendo hora de torear donde la edad te corresponde", dice Coronado— ayuda a dar solemnidad a su Nemo Bandeira, el narcotraficante reconvertido en poderoso empresario recientemente diagnosticado de alzhéimer que protagoniza esta historia basada en un relato de Manuel Rivas. "Es un león herido que se retuerce. Va a morir matando", describe el guionista y productor Aitor Gabilondo.
El equipo lleva desde junio rodando en Galicia una serie que se desarrolla en la ficticia comarca gallega de Oeste, construida en la pantalla a partir de localizaciones naturales de la provincia de Pontevedra como O Salnés, A Illa de Arousa y Vilagarcía de Arousa —donde algunos de los actores tienen su residencia durante los meses de rodaje—, además del puerto de Vigo, calles de Santiago de Compostela y la zona costera y puerto de Ribeira. "Hemos querido sacar Galicia desde todos los puntos de vista pero sin que parezca un publirreportaje", dice Gabilondo.
El imponente pazo en el que transcurre la escena mencionada hace las funciones de hogar de Nemo, con su luminosa y amplia galería, espaciosas zonas ajardinadas, patio de piedra, estancias decoradas por la serie con un estilo clásico apropiado para una familia de clase alta, una gran carpa para fiestas y una piscina. "Así Álex González puede salir sin camiseta de forma justificada", bromea Gabilondo, mencionando al otro protagonista de esta serie descrita como una saga familiar en un mundo posnarco. Porque una vez que a Bandeira le diagnostican la terrible enfermedad, buscará heredero para su imperio, lo que desatará las luchas entre su familia, que incluye dos hijos con su mujer Chon (Pilar Castro), Nina (Giulia Charm) y Carlos (Alex Monner); Lara (Claudia Traisac), hija fruto de un amor de juventud, y su ahijado Mario (Álex González), brillante abogado que hará lo posible por hacerse con lo que cree que le corresponde aunque no tenga lazos sanguíneos con Nemo.
A pesar de que la costa gallega aparecerá de forma abundante, el pazo está tierra adentro, a media hora en coche del Atlántico. "Me dijeron que los capos de la droga no tienen su casa cerca del mar", explica el guionista. Tras crear junto a César Benítez títulos como El Príncipe, Allí abajo o El Caso, Vivir sin permiso es la primera producción en solitario de Aitor Gabilondo, que también será el responsable de la que será a primera ficción en España de HBO, la serie basada en Patria. "Esta serie es, para mí, la que más se parece a lo que tenía en la mente", dice sobre su nueva ficción para Telecinco.
Vivir sin permiso reúne a Jose Coronado, Álex González y Aitor Gabilondo tras el gran éxito de audiencia que fue El Príncipe. "Entiendo que se la compare, pero no tienen nada que ver", defiende González. "Esta es una serie más de personajes, yo diría que un poco más madura. El Príncipe tenía algo de fábula y Vivir sin permiso está en un tono más realista", añade el actor. Para Coronado, el mundo que refleja se ajusta a una realidad conocida en Galicia. "He estado con gente que te dice 'mira, ese señor de ahí que está jugando con los nietos es narco'. Y lo sabe todo el mundo, pero no le han pillado y hace otras cosas por la comunidad", dice Coronado de una actitud de la que será representante en la ficción su Nemo Bandeira. "Utilizan el mal para poder hacer el bien".
En busca de referentes
Vivir sin permiso no es una serie sobre narcotráfico, insisten desde la producción —como sí lo será Fariña, que Antena 3 prepara adaptando la novela de Nacho Carretero—. Por eso, los actores buscan la inspiración para sus interpretaciones en otros lugares. "Si he podido tener un referente para encarnar a mi Nemo es Amancio Ortega, clarísimamente. Es mi referente en lo que puede hacer Nemo por la comunidad. Amancio Ortega tiene su fundación, hace donaciones... Es un hombre tremendamente familiar, sencillo, con el poder suficiente para no llevar corbata pero ser escuchado en cualquier ámbito...", dice el actor sobre el empresario gallego fundador de Inditex.
Álex González menciona a Tom Hagen, el personaje de Robert Duvall en El Padrino, y al protagonista de El lobo de Wall Street entre sus referentes para un personaje con el que, confiesa, le ha costado empezar a sentirse a gusto. "Es un salto al vacío que, ahora que he caído, sí empiezo a disfrutarlo. Pero había un momento en que no lo encontraba. Es el personaje más difícil que he hecho, porque hacer de bueno es fácil. Aquí tenía que ver qué conozco yo mismo de la ambición, la traición y esa parte más oscura que no podemos tratar en la vida real y a la que te puedes asomar como actor", reflexiona González. "Con este personaje creo que soy mejor actor", sentencia.
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