Alternativas

Una alternativa a la agobiante actualidad política y/o incendiaria nacional es contemplar series en canales generalistas o de pago. Son pequeñas parcelas de evasión, cada vez mejor hechas, y que permiten una cierta oxigenación a los maltratados cerebros autóctonos. La ficción permite, además, adentrarse en terrenos inexplorados o poco conocidos y recuperar, al menos durante un rato, esa anhelada condición de aventureros, de seres humanos capaces de sorprenderse, algo impagable en los tiempos que vivimos.

Absentia, por ejemplo, la serie que emite AXN desde hace cinco capítulos, atrae por una trama impactante: una agente del FBI desaparece cuando estaba a punto de descubrir a un asesino en serie. Seis años más tarde reaparece sorpresivamente. Ha estado secuestrada y torturada hasta lo indecible. Su marido que, como todos, la daba por muerta, se ha vuelto a casar. La agente se convierte en un problema familiar al mismo tiempo que está decidida a descubrir a sus secuestradores. Comienza una intriga en la que la víctima, por la perversa inteligencia de su enemigo, se convierte en culpable. Una serie que permite también alejarse a su protagonista y productora, la canadiense Stana Katic, del papel ñoño y muy popular que desempeñó como coprotagonista durante las ocho temporadas y 173 capítulos de Castle.

Si hablamos de cadenas generalistas, Antena 3 ha comenzado a programar tras el parón veraniego los últimos seis capítulos de la que, probablemente, es la mejor serie española de las que se exhiben en estos días: La casa de papel. Y lo es no sólo por su excelente realización y un estupendo reparto coral sino también porque demuestra que se puede alcanzar el éxito popular sin necesidad de exprimir el costumbrismo más apolillado.

Una vez más la guinda del pastel la ponen los franceses. Cannes anunció que tendrá su propio festival de series de televisión, Canneseries, del 4 al 11 de abril, unas semanas antes que su arrollador Festival de Cine. Son los más listos.