Píldoras

Primera píldora: Esther cuida de sus dos hijos y su marido, Gabi, que era policía y en acto de servicio se cayó de un tejado. Tiene daño cerebral adquirido y es como un niño. Esther reconoce que es duro, pero no pierde la sonrisa.

Radio Gaga es una mezcla de radio, televisión y documental. Manuel Burque y Quique Peinado recorren España en una caravana y acampan durante 48 horas en lugares llenos de personas con historias que contar. Hacen entrevistas en una radio que solo se oye a 200 metros a la redonda y todo eso se graba en vídeo. Ellos se plantan allí y esperan a que la gente se acerque. Solo tienen que escuchar.

Segunda píldora: Honorino Menéndez García duerme 3 horas al día. Vive en un centro intergeneracional de Oviedo donde conviven jóvenes y ancianos. Todas las noches recuerda a Eloína, su esposa fallecida con la que pasó 60 años. “Sigo siendo feliz pensando en ella. Era maravillosa”.

Los dos amigos barbudos, que nos tienen acostumbrados a hacernos reír, hacen verdaderos esfuerzos para aguantar las lágrimas cuando escuchan a sus invitados. Al otro lado, los espectadores no tienen por qué controlarse. Yo, la primera. Pero no provocan lágrimas de pena, ni de lástima o angustia. Cuentan historias emocionantes por ser reales. Muchas veces duras pero sin caer en el morbo y la pornomiseria. Despiertan lágrimas muy humanas. Incluso podría decirse que sanas.

Tercera píldora: Maite vive en el barrio de las 3.000 viviendas de Sevilla. Su familia de cuatro sobrevive con 426 euros al mes. “Mis niños no han comido pescado en un mes. Yo de un pollo te saco tres comidas”.

El canal #0 ha emitido seis entregas de Radio Gaga (la primera puede verse en YouTube y todas bajo demanda en Movistar). Hace unos días, Movistar+ anunció que habrá segunda temporada. Me alegro, los seguiré. Aunque, por una parte, espero que los responsables no piensen en alargarlo innecesariamente ni acaben a merced de la audiencia. Radio Gaga es tan puro tal y como es ahora que no se merecería convertirse en mercancía.