“Esto da de comer a mucha gente”, dice un directivo de la SGAE
La entidad aprueba en la asamblea anual, celebrada bajo el impacto de la operación policial, sus cuentas y la gestión
Las previsiones, en la SGAE, fallan más que las del tiempo. Y la Asamblea General, la reunión anual abierta a los más de 120.000 socios, es el indicio más evidente. Hace años, encuentros a priori despejados acabaron en tormenta y reprobación de todo lo que se votaba: cuentas y gestión. Ayer, en cambio, la Asamblea se celebraba en pleno huracán del caso rueda -una trama entre socios de la SGAE y televisiones que ingresaba millones gracias al derecho de autor de la música emitida de madrugada y que investiga ahora la Audiencia Nacional- y sin embargo apenas llovió. Críticas en algunas intervenciones, aplausos tibios, quejas de algunos miembros al acceder al edificio madrileño donde se reunían, pero ningún nubarrón. Tanto que el encuentro procedió sorprendentemente rápido –para sus costumbres- hasta un epílogo también nada esperado: los socios aprobaron tanto las cuentas de la entidad para 2016 (con un beneficio neto de 1,3 millones), con un 66% de consensos, como la gestión de sus órganos de gobierno, presididos por José Miguel Fernández Sastrón, con el 57% de sí.
La SGAE se regalaba así una tarde de tranquilidad, en medio del caos. Porque el auto del juez Ismael Moreno, que cifra el fraude de “la rueda” en 100 millones entre 2006 y 2011, apunta a que la trama está infiltrada hasta en la cúpula de la entidad y que varios directivos perpetúan sus intereses. De hecho, al menos ocho socios, cargos y excargos de la entidad, han confirmado a este diario que hay miembros de la junta que participan de esos negocios, por los que la policía ha llevado a cabo 18 detenciones, y que el propio Sastrón es uno de sus defensores. El presidente rechazó contestar a estos ataques, a su llegada a la Asamblea, aunque sí tomó la palabra ante los socios, para defender que la SGAE está “a lo que diga la justicia”, y que el escándalo “no afecta a la entidad como tal”.
Otro miembto de la junta directiva fue más allá. “Mi opinión sobre ‘la rueda’ me la voy a reservar, pero da de comer a mucha gente, muchos autores de nuestro país. Y yo estoy a favor de todo lo que promocione y difunda la música española”. El músico Antonio Ipiña García, Tontxu, respondía así a las preguntas de los periodistas tras la Asamblea General de la entidad. “Este es un problema entre editoriales. Los que hacemos canciones queremos que se difundan cuanto más, mejor”. “Por supuesto que la conocíamos”, añadió sobre la trama, aunque especificó que el escándalo apenas se refiere a unas pocas actuaciones “ilícitas y puntuales”.
Lo cierto es que la trama perjudica, según el juez, a todos los socios. Y, mientras, la recaudación se reduce: los ingresos bajaron en 2016 un 2,9%, hasta los 239 millones. Aun así, no se produjo, ni mucho menos, la asistencia masiva a la Asamblea que cabría esperar. Más bien, lo contrario: hubo 11.592 votos, respecto a los más de 20.000 que suele registrar este encuentro. El voto en la SGAE es proporcional a los ingresos, hasta un máximo de 30. Algo que, según el juez, también puede favorecer a la rueda, ya que entre sus protagonistas y sus testaferros, suman mucho poder político. Sea como fuere, tanto ellos como sus opositores evitaron ayer el habitual diluvio de ataques y polémicas. Aunque sobre el futuro de la SGAE se mantiene la previsión de siempre: niebla.
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