Mentiras contrastadas
Un documental producido por Oliver Stone aborda el trabajo de periodistas independientes en EE UU
Donald Trump aparece en un día de su campaña en New Hampshire diciendo aquello de "haremos grande Ámerica de nuevo" en una de las primeras imágenes del documental Todos los gobiernos mienten (All the Goverments Lie en versión original), dirigido por el periodista Fred Peabody y producido por Oliver Stone. "Cuando hicimos el documental a nadie se le ocurrió, empezando por mí mismo, que pudiera ganar. Lo introdujimos en el reportaje pensando que era un fenómeno interesante y que sería anecdótico. Trump ha hecho ahora que la película tenga aún más sentido", explica Peabody en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), una de las sedes del DOC's, festival donde se ha proyectado el documental. Movistar Estrenos emite este miércoles (22.00) Todos los Gobiernos mienten.
Se trata de un trabajo que refleja que otro tipo de periodismo es posible, el de iniciativas independientes que escapan al control de las grandes corporaciones de Estados Unidos y que tienen en el punto de mira la política del gobierno en diferentes ámbitos, desde la seguridad, la intervención en las guerras, a la ignorancia y ocultación de los casos de los cientos inmigrantes que mueren cuando cruzan el desierto de Texas.
El trabajo parte de un referente de este periodismo independiente, el del periodista I. F. Stone, que en los años sesenta desenmascaró las mentiras del Gobierno estadounidense —por ejemplo, con la guerra de Vietnam— que nunca le acreditó como periodista en la Casa Blanca. "Lo podríamos considerar un bloguero adelantado a su tiempo", resume Peabody. Stone publicaba sus artículos a través de If Stone’s Weekly, una revista a la que estaba suscrita la actriz Marylin Monroe y en la que se podía leer artículos con titulares como este : "¿Haremos en Vietnam lo que los nazis hicieron en Polonia?". Y es el personaje que sirve de hilo conductor en el documental con otros ejemplos de reporterismo independiente, como el de Amy Goodman (que trabaja en Democracy Now), Matt Taibbi (de Rolling Stone) o el que refleja el digital The Intercept, promovido por los periodistas Jeremy Scahill y Glenn Greenwald y Laura Poitras.
“Son periodistas y medios de investigación independientes muy alejados de las corporaciones que tienen una gran influencia en los medios de comunicación generalistas, como la CBS o la CNN”, añade Peabody, quien entrevistó a todos ellos. Algunos de esos medios funcionan con las suscripciones como principal medio de financiación, las aportaciones de fundaciones o incluso becas, como la que tuvo el periodista John Carlos Frey para realizar reportajes sobre las fosas comunes de inmigrantes muertos —o asesinados— en el desierto de Texas. Cadáveres exhumados con una simple identificación numérica, cajas en un depósito que contienen huesos de otros fallecidos —también con una numeración— son la base de la denuncia del periodista de cómo es posible que las autoridades norteamericanas nieguen la evidencia de decenas de muertes sin aclarar.
En plena época de debate sobre la postverdad y las noticias falsas, Peabody dice que prefiere no usar esos conceptos, “sobre todo porque se han convertido en acusación mutua que se lanzan sectores opuestos de la opinión pública y la política. Yo prefiero hablar de periodismo real versus desinformación. Aunque es cierto que la desinformación es postverdad y que las noticias falsas tuvieron un papel muy importante en la campaña de Trump”. Uno de los medios de comunicación que no sale muy bien parado en Todos los gobiernos mienten es The New York Times por publicar los supuestos indicios de armas de destrucción masiva de Sadam Husein que fueron la “excusa” del gobierno norteamericano para invadir Irak en 2003: “Conozco a excelentes periodistas del Times. El problema es que ellos tienen a sus jefes que a la vez tienen su jefes y va calando lo que los reporteros creen que pueden publicar o no. Aunque en las últimas semanas están publicando cosas muy interesantes sobre algunas decisiones de Trump”, apunta Peabdoy que, no obstante, cree que las grandes cabeceras de periódicos están muy vinculadas al poder y se han convertido en macroempresas.
El documental es muy crítico con la concepción de los medios de comunicación como si fueran un negocio más: “Simplemente los propietarios tienen los medios como meras agencias para vender anuncios y lo que les preocupa es programar cosas que les permita mantener ese nivel de anuncios y tener beneficios”, sostiene. Todos los gobiernos mienten apunta en esa dirección y aborda cómo la programación de muchos canales televisivos depende, exclusivamente, de ese criterio: “Contenidos que atontan , edulcorantes, con muchos incendios y sucesos para que la gente no piense”, afirma el reportero Taibbi en la cinta.
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