‘Twin Peaks’ y la ausencia en viñetas
La mítica serie vuelve este fin de semana. Su privación en el mundo del tebeo es un fenómeno anómalo que los fans remedian
"Hay más cosas en el cielo y la tierra, Horacio, que las soñadas en tu filosofía". Esta cita de Hamlet, que se escucha en el tramo final de la segunda temporada de Twin Peaks (sin la mención a Horacio), nos dice, en bellas palabras, que en el mundo pasan cosas raras. Inexplicables. Una de ellas es cómo un tótem del pop del tamaño de la serie de David Lynch —que vuelve 25 años después, como prometió Laura Palmer a Cooper— no ha tenido continuidad en el tebeo. Es así. Oficialmente, y salvo que alguien me corrija felizmente, no hay viñetas canónicas de Twin Peaks.
Hace unos meses hablábamos de cómo el cómic es uno de esos venerables medios donde los proyectos audiovisuales, tarea siempre de funambulistas al borde del abismo, encuentran una segunda vida. Las series de televisión lo han hecho a menudo porque la serialización del cómic, de grapa en grapa, permite mantener un flujo parecido, folletinesco, al que mantiene lo televisivo. El universo creado por Lynch y Mark Frost, en el que hay dimensiones paralelas, treintañeras con mente de adolescentes, parche en el ojo y fuerza sobrehumana, lechuzas que "no son lo que parecen", doppelgängers con ojos de cristal y fuerzas sobrenaturales que influyen en el cosmos parece carne de cómic como pocas historias televisivas. Pero nunca. Nunca.
Resulta peculiarmente extraño esta ausencia, supongo que involuntaria, del tebeo cuando Twin Peaks ha abrazado lo transmedia. Probablemente de manera más compleja, sugerente y precursora que ninguna otra ficción de la cultura pop. Entre las dos primeras temporadas de Twin Peaks (1990 - 1991), la hija de Lynch, la también cineasta Jennifer Lynch, publicó un libro explosivo: El diario secreto de Laura Palmer. En él narraba, desde el punto de vista de Laura Palmer, ese diario alternativo que luego sería elemento fundamental de la trama en su segunda temporada. Metaficción de primer orden que llegó al número 4 de la lista de los más vendidos del The New York Times. Hace solo un año, Mark Frost firmó un delicioso collage narrativo con "secreto" también en su título: La historia secreta de Twin Peaks. En él se amplía la rica mitología de la serie y se dan claves de por dónde pueden ir los tiros para esta tercera temporada. Y el hermano de Frost, Scott Frost, porque aquí todo queda en familia, se escribió la autobiografía de Dale Cooper, con el estilo de esas cintas maravillosas que el agente le graba a Diane.
Pero, ¿cómic? ¡Cómic nada! Como uno es cabezón y le pone empeño, rastreé la web para ver si era el único loco que veía esta ausencia como algo inexplicable. Y ahí es donde los fans de la serie tranquilizaron mi mente. No lo soy. Ya en Deviant Art, la web esencial para rastrear cómo el talento colectivo de la cultura pop se amplía en un inacabable chorreo de ilustraciones, uno se puede encontrar trabajos como el maravilloso póster conceptual del usuario oy vindlien. En él emplea la potencia simbólica de muchos elementos de la serie —el zigzag blanquinegro de la sala de espera del Black Lodge, los picos gemelos de ese mítico cartel de entrada y más sorpresas ocultas para el ojo atento. Además, lo firma con un lema espectacular, tomado de una frase inolvidable de Cooper: "Donde las tartas van a morir".
Otros usuarios como se van a lo clásico. Un retrato de Cooper, con la inevitable taza de café en la mano y un estilo más realista. Los hay como PaulHanley que optan por un estilo más agresivo, con algo de esa suciedad en los trazos del Sam y Twitch de McFarlane; su Blue Rose (Rosa azul) es una pose colectiva en la sala de espera de los personajes de Fire walk with me, la precuela excepcional que firmó Lynch al acabar la serie en formato largometraje. En lo pictórico, me quedo con esta bella Audrey que rubrica TheSig86.
Buceando más allá de Deviant Art hay ejemplos de tebeo a lo manga occidental, cartas del Tarot (es genial ver a la mujer del leño como Sacerdotisa), una versión cartoon que si se ve ya se desea como realidad, splash-pages surrealistas o locos que meten a Miley Cyrus en la sala de espera. Pero de una obra completa y coherente, un spin-off no oficial que se tomara en serio en viñetas, nada. ¿Podría ser verdad que la cultura fanfic hubiera olvidado a Twin Peaks en formato tebeo? ¿Cómo era posible que haya 182 historias en formato literario y a nadie se le hubiera ocurrido hacer un intento serio en viñetas?
Quien la sigue, la consigue. Cooper nos lo enseña. Al fin, en una página llamada adecuadamente para mi extenuante y hasta entonces infructuosa búsqueda Welcome to Twin Peaks, me encontré con lo que buscaba. Checkmate, un cómic completo que narra un episodio esencial solo esbozado (hasta ahora) en todo el canon de la serie: el asesinato de Caroline, el primer gran amor de Dale Cooper. La autora parisina Lili Canal firma guion (muy decente) y arte (más justito) de este interesante y trabajado tebeo que de momento ha llegado a las 45 páginas.
Al fin, parecía que me podría tomar tranquilamente mi tarta de cerezas y dar la misión por cumplida. Pero un brujuleo por la página de Lili me reveló lo que tanto ansiaba. Un intento más profesional por llevar Twin Peaks al cómic. Y, además, con el beneplácito de Lynch. La galería neoyorquina Spoke Art NYC exhibió el pasado mes de abril 50 ilustraciones en homenaje a la serie bajo el título de In Dreams (Entre sueños). Entre ellas, una página que se supone el final del número de un tebeo llamado ¿Quién mató a Laura Palmer? que firma el artista Matthew Skiff. Otra exposición de Lynch, referenciada en la misma página, contenía dos sorpresas más. Una viñeta retratando el momento final de la segunda temporada y la cover de un posible número de tebeo, con estética Weird tales, de Twin Peaks. Después de verla, estiré las piernas y los brazos y me dije, mentalmente: "Harry, vamos a tomarnos unos donuts".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.