‘El octavo pasajero’: El planeta hostil de Ridley Scott
La novena persona que acompaña el viaje, el propio espectador, se queda tan espantado como la tripulación en la primera entrega de la saga
El primer capítulo de lo que acabó como una gran franquicia podría haber quedado en poco más que una película de segunda, de no ser por la visión y talento artístico de su director, Ridley Scott. El cineasta inglés ya era un veterano de la televisión y publicidad, pero solo había dirigido una película: el atmosférico Los duelistas.
El mismo estilo visual aparente en ese primer trabajo es evidente aquí también, con la creación de una planeta hostil azotado por vientos que aúllan y hielan la sangre, una enorme y cavernosa nave espacial, y por supuesto los extraterrestres: el abrazacaras, el quebrantapechos, y luego la bestia ya en su fase adulta, aderezado con raudales de babas y una doble mandíbula.
Este cuento gótico de terror no tiene lugar en el universo estéril e inmaculado de películas como 2001: Una odisea del espacio; aquí nuestros protagonistas son literalmente “camioneros espaciales”, siete tíos normales encargados de pilotar una refinería, hasta que son despertados de un estado de sueño criogénico por lo que creen ser una llamada de auxilio.
En España, el título original, Alien, se transformó en Alien: el octavo pasajero. Pero la novena persona que que acompaña el viaje, el propio espectador, se queda tan espantado como la tripulación.
'Alien: el octavo pasajero' (1979). Dirección: Ridley Scott. Duración: 112 minutos. Formato: DVD y Blu-Ray.
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