Por qué ‘Girls’ ha sido importante para la televisión (nos guste o no)
La serie de Lena Dunham se despide para siempre
En 2012, una mujer insultantemente joven llegaba a la televisión. HBO apostó por Lena Dunham cuando solo tenía 26 años. Era la protagonista, guionista, productora e incluso, en muchas ocasiones, directora de su propia serie. Una provocadora que se atrevió a poner la televisión patas arriba con una apuesta personal en la que podía hacer, decir y enseñar lo que le daba la gana. Y a quien no le gustara, que mirara para otro lado. Ahora, tras seis temporadas, Girls llega a su fin. Las veinteañeras neoyorquinas se han hecho mayores y ya están entrando en la treintena. Sus vidas son diferentes, las relaciones entre ellas han cambiado. Ha llegado la hora de la despedida para las cuatro amigas que han protagonizado esta serie que ha puesto su granito de arena para cambiar la televisión.
- Una voz de una generación
Lo decía Hannah Horvath a sus padres en el arranque de la serie cuando les intentaba explicar su vocación literaria. Se sentía la voz de una generación. O al menos, una voz de una generación. La serie de Lena Dunham también ha servido de retrato de una generación, la millennial, la generación perdida o como se la quiera llamar, esa para la que la adolescencia se alarga hasta los 40, a la que le cuesta madurar y que tiene que hacer frente a un mundo en crisis económica y de valores. Se podría decir incluso que es una generación de niños malcriados, como las protagonistas de esta serie. Odiosas y queribles al mismo tiempo.
- Mujeres con cuerpos normales (y sexo normal)
Hannah tiene el cuerpo perfecto de una mujer normal. Es decir, un cuerpo imperfecto. Porque lo normal es tener unos kilos de más o de menos, tener michelines, celulitis, pelos. ¿Y? A Lena Dunham no le ha importado mostrarse como es en televisión. De hecho, lo ha hecho siempre que ha podido en su serie, que para eso es suya y hace lo que quiere siempre que los señores de HBO se lo permitan. En la vida real, además, el sexo a veces es desagradable, incómodo, y las cosas no salen como estaban en la imaginación. En Girls ha habido sexo de todo tipo, pero sobre todo, sexo normal.
- La amistad imperfecta
La amistad en la televisión es perfecta y maravillosa. Los seis amigos de Friends pasaban horas y horas juntos y siempre estaban de broma. En Cómo conocí a vuestra madre tres cuartos de lo mismo. Pero la vida no es una sitcom. Y mantener una amistad es complicado. El penúltimo capítulo de Girls, que ya sabía a despedida y en el que Hannah, Marnie, Jessa y Shoshanna comparten escena por última vez en la serie, queda clara la distancia que hay entre ellas. Los vínculos que las unían se han ido rompiendo bien por cosas de hombres, bien por tener diferentes prioridades en la vida o, sencillamente, porque los caminos de cada una las han llevado por sitios diferentes. O porque lo que te une a una persona a los 20 años puede que no sea suficiente cuando tienes 30.
- Sus capítulos embotellados
Quizá los episodios más comentados y aplaudidos de Girls han sido aquellos en los que la acción se paraba para centrarse en un personaje en concreto o en una situación al margen del discurrir de la historia. En esta sexta temporada hemos tenido American Bitch, el episodio en el que Hannah dejaba paso a Lena para hablar de acoso sexual y abusos de poder. En la segunda temporada Hannah mostró un peculiar retrato del amor protagonizando One Man's Trash. En la quinta entrega, y quizá no sea un capítulo embotellado tal cual, The Panic in Central Park puso el foco en Marnie y sus inseguridades.
- Los chicos de Girls
Los hombres de la serie también han jugado un papel fundamental. Especialmente Adam con la complicada relación de amor con Hannah en los inicios, su posterior relación con Jessa y ese momento final de reconocimiento de la cruda realidad que protagonizaron Hannah y Adam en uno de los últimos capítulos de la serie. Girls ha lanzado a Adam Driver al estrellato y ha pasado de total desconocido a uno de los actores de moda. Elijah, íntimo de Hannah y que ha ido apareciendo de forma intermitente pero constante a lo largo de la serie, también ha tenido su protagonismo en la última temporada. Menos presencia ha tenido en la recta final el antihipster Ray, la última persona que imaginarías como amigo de estas chicas. O el padre de Hannah, con salida del armario incluida.
- El hate-watching
Eso de ver una serie aunque no te guste solo para poder criticarla se ha hecho siempre. Pero últimamente, gracias a las redes sociales y a Internet, ha cobrado fuerza. Girls ha sido una de las series favoritas para practicar el hate-watching, ese acto de ver una serie para después despellejarla en público y, al mismo tiempo, disfrutar haciéndolo. Lena Dunham ha dado material de sobra para alimentar a los haters. No quiere dejar indiferente a nadie, y por eso no le importa no gustar. Eso sí, el hate-watching se practicó más en las primeras temporadas de Girls. Si alguien ha seguido viendo la serie hasta el final solo para odiarla tiene otro nombre: masoquismo.
- Lena Dunham
Pero si algo de Girls ha cambiado la televisión reciente es, precisamente, el descubrimiento de Lena Dunham. Con esta serie ha ganado un Globo de Oro como mejor actriz de comedia y ha estado nominada a ocho premios Emmy como productora, directora, guionista y actriz. Ahora ya tiene en cartera un nuevo proyecto con HBO, Max. Aunque se anunció en 2015, se ha sabido muy poco nuevo desde entonces. De hecho, se anunció como piloto de una nueva serie pero en IMDB ahora aparece como tv movie... El argumento giraría en torno al movimiento feminista de los años sesenta y la acción estaría ubicada en una revista femenina. También se ha hablado en alguna ocasión de la posibilidad de dar continuidad a Girls con una película. Seguro que este solo es el comienzo de una fructífera carrera. Al fin y al cabo, Lena Dunham, como Hannah Horvath, es una voz de una generación.
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