Coachella, el festival del postureo al que todos desean ir

Este fin de semana ha comenzado en Indio, California, uno de los festivales de música más populares del mundo y que sigue a la perfección las bases del postureo capitalista, Coachella Valley Music Arts and Festival. Este evento con causa musical se ha reconvertido en una gran fiesta de famosos y en una de las pasarelas de moda más seguidas del año en las cuentas de Instagram. Un universo promocional donde marcas de todo tipo se lanzan a por los veinteañeros —generación predominante en el festival—.

El evento se celebra durante dos fines de semana continuados, concretamente durante los días 14, 15 y 16 de abril y 21, 22 y 23 de abril y cuenta con un cartel espectacular liderado por Radiohead, Kendrick Lamar y Lady Gaga haciendo de Beyoncé —ausente por su embarazo—. Un evento que se ha convertido en la segunda casa de Leonardo DiCaprio, Paris Hilton, los ángeles de Victoria's Secret y compañía.

Fue en el año 1999 cuando Pearl Jam pudo ver su sueño hecho realidad. Sus miembros idearon este Woodstock burgués, tras organizar un concierto en protesta por el monopolio que Ticketmaster manifestaba tener sobre la música que sonaba al sur de California. Pero esta base independiente de Coachella terminó en el gran negocio que conocemos a partir de su adquisición por parte de AIG (Anschutz Entertainment Group). Y así fue como surgió el festival de las caras VIP.

De esta forma, Coachella ha logrado mantener un número considerable de hippies enmascarados que poco a poco han ido transformando el sueño festivalero inicial en una alfombra roja por donde solo desfilan influencers —como la española Dulceida— vestidas de marca. El objetivo: decirte cómo debes ir vestida a un festival.

Nadie duda de la espectacular programación musical de Coachella porque es la parte fundamental de su atractivo para los amantes de los festivales. Y de la misma forma, ya nadie cuestiona su base aparente, construida por un nido de estrellas que pasean mirando a la cámara y disfrutan de espacios solo aptos para habituales de palacio.

Coachella es el sueño americano de jóvenes de todo el mundo que quieren conseguir miles de likes emulando a Gigi Hadid. Mientras la edad, el dinero y la vida no se lo permiten lo intentan en sus propias casas luciendo la moda low cost que marcas como H&M ha creado ad hoc para este festival.

La extraordinaria oportunidad de ver en directo a The xx, Lorde o Bon Iver se mezcla con el reinado de la pose. Y es que el negocio que se ha construido alrededor no impide apreciar la extraordinaria calidad musical de este festival, que acoge a lo mejorcito del rock, el pop, la electrónica o el rap. Entre tantos nombres —más de 200 para esta edición número 19—, una banda femenina como representante del postureo hipster made in Spain, las Hinds.

El festival, que ha experimentado su evolución en las redes sociales y el público millennial, se podrá seguir en directo a través de Youtube en 360º con alertas incluidas que avisarán a lo seguidores de cuándo comienza su espectáculo favorito.

Ser cabeza de cartel del Coachella no es sencillo. Que se lo digan a The Killers en 2004, a Arcade Fire en 2005 o a The xx en 2010. Las tres bandas tuvieron un primer contacto con el festival ubicados en la parte media y baja del line up, una posición que evidentemente mejorarían en sus siguientes visitas. Y es que no hay grupo que haya causado furor en la última década al que se le resista un directo sobre los escenarios ubicados en el Valle de Coachella.

Lo cierto es que durante el festival de Coachella, los medios se hacen eco de una realidad: famosos y moda. En medio de este escaparate de tendencias ubicado muy cerca de Los Ángeles, medios como la BBC hacían referencia en 2014 a aquellos famosos que habían "arruinado" el festival. Los Angeles Times era rotundo en un artículo sobre esta cita: "Aclamado por su espíritu libre, ahora es más un fin de semana de vacaciones que un festival de música innovador". Aunque como bien decía Gerardo Cartón en Tentaciones tras experimentarlo en primera persona: "¿No es lícito para un chaval o chavala de veinte años no querer ver a los grupos que van a ver sus padres y reclamar lo que les toca a ellos por edad y circunstancia?". Juzgad vosotros mismos.