Marcos-Ricardo Barnátan: “No pude terminar ‘Cien años de soledad”
El escritor argentino acaba de reeditar su poemario y de recopilar sus cuentos completos
Bonaerense de 1946, Marcos-Ricardo Barnatán vive en Madrid desde 1965. Acaba de reeditar, 25 años después, su poemario El libro de David Jerusalem y otros poemas (Ars Poetica) y de recopilar sus cuentos completos en Que alguien escriba su verdadero nombre, publicados por la editorial colombiana Zenócrate.
¿Qué libro le hizo querer ser escritor? Sin duda, los que leí en mi infancia, y de entre ellos sobre todo Robinson Crusoe, de Daniel Defoe.
¿Y cuál ha sido el último que le ha gustado? Biblia, Corán, Tanaj. Tres lecturas sobre un mismo Dios, del filósofo uruguayo Roberto Blatt.
¿Qué libro no pudo terminar? Cien años de soledad.
¿Qué libro ajeno le habría gustado escribir? El Aleph, de Borges.
¿Qué se aprende escribiendo poesía que no se aprende escribiendo prosa? Son dos maneras diferentes de enfrentarse a la realidad, en ambas se aprende a soportarla mejor.
De no ser escritor, le habría gustado ser… De niño quería ser astrónomo, pero no un astrónomo cualquiera, quería ser astrónomo civil.
¿Qué suceso histórico admira más? La batalla de Austerlitz.
¿Cuál es la película que más veces ha visto? El Gatopardo, de Luchino Visconti.
Si tuviese que usar una canción como autorretrato, ¿cuál sería? Por supuesto, sería un tango, y precisando, Volver, de Gardel y Lepera.
¿Qué está socialmente sobrevalorado? El dinero. Y la fama.
¿A quién le daría el próximo Premio Cervantes? Si fuera a un español, al poeta Francisco Brines; si fuera un latinoamericano, a Edgardo Cozarinsky.
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