‘This Is Us’, familia en almíbar
La serie es amable y familiar. Un oasis en un mundo lleno de superhéroes, policías, abogados, médicos, violencia, sexo, suspense y tensión
De los estrenos de la televisión en abierto en la recta final de 2016, This Is Us fue, casi con total seguridad, el que más conversación reunió a su alrededor. El fervor se mantuvo durante toda la temporada y en su punto y seguido, emitido en Estados Unidos hace unos días, marcó su récord de espectadores. Y eso que, de entrada, la serie que en España emite Fox Life podía no haber llamado especialmente la atención. La historia arranca como una de esas películas con varias historias en paralelo que sabes que en algún momento de la narración se cruzarán pero no sabes cómo. Aquí el espectador se encuentra con cuatro historias de personas que nacieron el mismo día. Nada revolucionario, a priori. Pero un giro al final del primer capítulo da una nueva visión a todo lo anterior.
This Is Us ha sido un éxito de audiencia en Estados Unidos. Incluso ha estado nominada a los Globos de Oro como mejor drama y dos de sus actrices también han cosechado candidaturas. Es el triunfo de un tipo de televisión amable y familiar que se ha tenido que reinventar para lograr sorprender a un espectador que ya lo ha visto casi todo en televisión. Sigue la senda que dibujaron series como Parenthood o Cinco hermanos pero añadiendo en este caso juegos narrativos que estaban ausentes en sus antecesoras y sumando una dosis extra de almíbar al asunto.
This Is Us es bonita, amable y familiar. Un oasis en un mundo lleno de superhéroes, policías, abogados, médicos, violencia, sexo, suspense y tensión. Es un drama con historias de padres e hijos, de superación, de búsqueda de la propia identidad y de autoestima. Pero ha logrado dar con un tono y un estilo particular. Una vez visto el primer capítulo, el espectador ya sabe a lo que va. La serie no lo oculta: aquí se ha venido a llorar. Y no hay motivo para avergonzarse de ello.
Sin ser ninguna joya (la nominación al Globo de Oro le quedaba grande), y aunque con los capítulos va perdiendo algo de fuelle tras su buen comienzo y los giros iniciales, mantiene un halo amable, de serie que no tiene grandes pretensiones más allá de tocar la fibra sensible de los espectadores. Habla con naturalidad de la obesidad, de la frustración a pesar de tener una vida aparentemente perfecta o de la renuncia a los sueños. De la familia. Es algo ñoña y blandita, sí. Pero también es original y tiene personalidad. Y ha generado debate y conversación como pocas series en la temporada otoño-invierno. Un éxito en almíbar.
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