‘Proyecto Bullying’ contra la desfiguración del acoso escolar

Minimizar, silencio, desaparecer, invisibilidad, soledad. Palabras, ideas y sentimientos que hay que alejar y evitar en la lucha contra el acoso escolar. Dos de cada 10 alumnos lo sufren en todo el mundo, según un estudio de la Unesco. Dicho de otra forma, 246 millones de niños y adolescentes han sido hostigados, verbal o físicamente, en el colegio. En España es un 4% del alumnado el que sufre esta lacra, según datos del Ministerio de Educación. Mediaset, dentro de su campaña social Se buscan valientes, estrena en Cuatro Proyecto Bullying (martes a las 22.30), un programa que pretende concienciar del problema del acoso en los colegios. Y lo hace con una nueva versión después de que su emisión fuera detenida el pasado mes de junio por la Fiscalía de Menores de Madrid porque la identidad de algunos de los menores que aparecían era reconocible y porque se habían utilizado cámaras ocultas en la grabación. Según Mediaset, se han corregido todos los puntos a los que la fiscalía se oponía.

El lío con la fiscalía y con la oposición de los colegios contactados para el programa ha sido tan frustrante para Mediaset que a la presentación del espacio el pasado jueves acudieron también el consejero delegado del grupo, Paolo Vasile, y el director de contenidos, Manuel Villanueva. Acompañaron al presentador Jesús Vázquez, la cara visible (casi la única en el programa, ahora verán por qué) de Proyecto Bullying. “No queremos arreglar el mundo, sino abrir una ventana”, dijo Villanueva. “Cuando uno ve el programa, este tiene una función catártica. Es como pasar de la teoría a la práctica y cambia nuestra disposición hacia el tema”, comentó Vasile. “Estamos dando los primeros pasos para que en el futuro haya una ley integral contra el acoso escolar”, dijo Vázquez.

Después del frenazo de la fiscalía, Mediaset y la productora del programa, Verve Media, estrenarán un programa en el que excepto al presentador y a algún invitado, el resto de imágenes y voces han sido desfiguradas para que no se identifique ni a los niños, ni a los padres y ni siquiera el entorno (ningún rincón de la casa, el parque donde juegan, la puerta del colegio...) o situación geográfica. "De aquí el sentimiento de frustración e incluso de tristeza, pero no de impotencia", dijo Vasile. "Si algo ha distinguido siempre a Mediaset España es que somos valientes hasta ser inconscientes. No vamos a dar un paso atrás respecto a lo que pide la institución que ocultemos, que como se ve, hemos ocultado todo [en alusión a la desfiguración de los protagonistas]. Si fuera un programa normal, no lo sacaríamos, pero lo vamos a emitir por cojones para que la gente vea lo que las instituciones, principalmente los colegios, no quieren que se vea", dijo Vasile. "Le agradezco a Paolo sus cojones", le replicó después Vázquez, "creo que el programa estaba impecable para emitirse ya con el primer montaje. Ahora, aunque sea en estas condiciones, el mensaje sigue intacto".

El uso de las cámaras ocultas fue uno de los motivos de la fiscalía para impedir la emisión del programa. El consejero delegado de Mediaset lo tiene claro: "Estamos acostumbrados a ver en las noticias imágenes de cámaras de teléfonos, de tráfico o de seguridad que ayudan a descubrir un delito. Son cámaras ocultas, porque son tantas que ya no las vemos. Cada uno de nosotros tiene un teléfono con una cámara. Se ha aplicado rigurosísimamente, estrictamente, las leyes, que en materia de menores son superconocidas por nosotros. Y nos han bloqueado todo lo que estábamos haciendo. Nosotros no hemos hecho ningún delito, no hemos provocado la violencia. Con la cámara oculta se ve la reacción real a una cosa que no hubiera existido si no lo hubiéramos causado nosotros". Vasile pidió un poco de flexibilidad ante temas tan sensibles: "Con temas tan importantes se debería de ser un poquito más flexibles. Los colegios no tienen perdón, incluso pienso que no tienen perdón algunas familias que niegan la evidencia. Ellas tienen que ayudar y que ser valientes en denunciar y en reconocer lo que pueden tener en casa", comentó el consejero delegado. "Es un programa violado por parte de la aplicación estrictísima de las leyes y del no querer admitir que en mi colegio esto sucede", concluyó.