Hablar al presente
Un libro que recopila entrevistas, artículos y reflexiones de Grace Paley muestra el pensamiento comprometido y visionario de la gran escritora de cuentos estadounidense
Una de las cosas que aprendí fue a ser terca. Cada vez tengo más claro que esa es la esencia de la desobediencia civil no violenta: la terquedad más absoluta”. Así se manifestaba la escritora y activista Grace Paley (Nueva York, 1922-Vermont, 2007) en una entrevista que, junto a charlas y artículos, se recoge en La importancia de no entenderlo todo, un libro especial y necesario con prólogo de Elvira Lindo publicado oportuna y felizmente por Círculo de Tiza. Paley dijo sobre este compendio: “Esta no es una recopilación autobiográfica, pero trata sobre mi vida. Muchos de los artículos son políticos aunque aborden asuntos literarios, lo que considero natural y no deliberado”.
Grace Paley nació y creció en el Bronx, era hija de inmigrantes rusos y la menor de tres hermanos. Desde la niñez destilaba energía y determinación, algo que inquietaba a su madre, preocupada por sus expulsiones de la escuela. “Mi madre murió cuando yo apenas empezaba mi vida adulta y no pudo ver con claridad que yo no iba a naufragar”. Efectivamente, Paley nunca naufragó, su larga vida fue pura acción: escribía, denunciaba y se implicaba. Lo obvio nunca fue suficiente. Se preguntaba y discrepaba. Después, argumentación y acción. No quiso hacer novela, pues según ella “el arte es largo y la vida es corta”. Así que escribió estupendos relatos, plenos de ironía e impredecibles, habitados por personajes que parecen desnortados, a los que impregna de cariño, por los que no toma partido y a los que deja ir. Sus Cuentos completos están en Anagrama.
Pero en La importancia de no entenderlo todo está la activista, implicada en hechos que golpearon conciencias como la guerra de Vietnam o en experiencias menos deslumbrantes, como ella señalaba, pero de gran significado social y de futuro para la ciudad de Nueva York: evitar que se entregara Washington Square a intereses inmobiliarios. La entrevista en la que habla de su terquedad es de 1984, y ahora esta fecha está asociada al libro de George Orwell que está siendo récord de ventas. Pues bien, La importancia de no entenderlo todo también debería ser lectura necesaria. Lo que contiene es escritura de hace décadas, pero ha traspasado esa barrera temporal y Paley nos habla desde nuestro presente. Escúchenla en 1991, cuando advierte de la pérdida de derechos de las mujeres: “El prestigio de la hombría se consolida y las vidas y los cuerpos de las mujeres vuelven a su legítimo dueño: el Estado patriarcal. Y ya estamos viendo actitudes por parte de ciertos Estados y del Tribunal Supremo que acabarán empequeñeciendo las vidas de las mujeres”. Y en 1969, sobre las guerras y los Estados que las promueven y mantienen: “Para un cerebro de lógica militar, toda persona es un objetivo militar”. Y señala al Gobierno de EE UU: “Son como esos niños demasiado grandes que se echan sobre un compañero de guardería y lo acaban matando”.
Y más y más: “El pacifismo no es pasivismo. Y cuando lo es, es inútil”. Y es 1986 cuando dice: “He vivido los tiempos horribles de la Depresión y creo que la vida de las personas era peor durante la época de McCarthy”. Y para finalizar: “Quizá lo que nos haga falta ahora mismo sea imaginar lo real. Es ahí donde fallan nuestros líderes”.
Sí, sus palabras hacen que se desvanezcan las décadas que nos separan porque nos parece que hablan sobre esta sociedad errabunda y extraña de 2017. Lean a Grace Paley y recuperen también sus relatos.
La importancia de no entenderlo todo. Grace Paley. Prólogo de Elvira Lindo Traducción de Arturo Muñoz. Círculo de Tiza, 2016. 238 páginas. 24 euros
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