Flamenco: Año de tránsitos

1. Adiós muchachos. José Antonio Rodríguez: Obra cumbre, tal vez de madurez, en la carrera de este guitarrista cordobés. El canon refrescado y actualizado en los estilos clásicos junto a una brillantez compositiva que se acentúa en los temas de estructura libre, un espacio en los que plasma su modernidad. Lirismo a raudales.

2. En mis manos. Manuel Valencia (La voz del flamenco): El debut en solitario de un guitarrista muy demandado para el acompañamiento. Su toque mantiene el soniquete de la escuela jerezana. Sabor y flamencura, no exentos de una medida actualización formal. Fernandito Terremoto “resucita” en una poética bulería por soleá.

3. Flamenco Tribute to Pat Metheny. Santiago Lara (Warner Music): Rigor y mucho respeto en el tratamiento de las composiciones del guitarrista de jazz. Las ricas melodías del americano, que bendijo el disco, adquieren el ritmo de algunos estilos como la soleá por bulería o el tanguillo sin perder su naturaleza original. Se diría, por el contrario que ganan en fuerza expresiva.

4. De cerca. Josemi Carmona & Javier Colina (featuring Bandolero) (Universal Music): La guitarra pausada de Carmona encuentra el complemento perfecto en el contrabajo “cantaor” (lo hace por granaínas, créanme) de Colina. Intimismo y complicidad para un repertorio heterogéneo que va del flamenco al estándar americano o al bolero: espléndida la Verdad amarga de La Negra.

5. Plazuela viva. Juanillorro (El flamenco vive): Un ejemplo solo, pero hay más, de que el cante de raíz, de familia y de barrio sobrevive pese a los cambios de formas de vida y al paso del tiempo. Juan Manuel Carpio Heredia posee un metal muy flamenco y, aunque no oculta su dominante “buleaera”, completa un disco muy estimulante y esperanzador.