Jonathan Safran Foer: “La destrucción de Israel sucede cada 30 años”
El escritor estadounidense publica Aquí estoy, una obra sobre la desintegración de una pareja y de las relaciones de Estados Unidos e Israel con la cultura judía como telón de fondo
La nueva temporada de la serie Transparent tenía una sorpresa para Jonathan Safran Foer (Washington DC, 1977), escritor de origen judío que se convirtió en un superventas y saltó a la gran pantalla con su primera novela, Todo está iluminado (2002). En uno de los capítulos, los personajes montan un evento alrededor de la palabra hebrea hineni, que significa “aquí estoy”. Es la respuesta que Abraham le da a Dios cuando le llama para pedirle lo que será el sacrificio de su hijo. Aquí estoy (Here I am) es también el título de la nueva novela de Safran Foer. “Escribí a Jill Soloway y le dije: ‘Estás haciendo la única obra de arte, en cualquier medio, que me emociona de verdad”.
Es una mañana de septiembre en Los Ángeles y el escritor, colaborador de The New York Times y vegetariano declarado —en 2009 publicó Comer animales, que cuestiona las prácticas de la industria ganadera en Estados Unidos—, está de gira. Hace unas horas ha protagonizado una lectura pública de su novela para la librería Skylight Books en el marco de un periplo promocional que después le llevará a Europa. Estamos hablando de obras con el judaísmo de fondo porque esa es una de las claves de Aquí estoy. “Me sabe un poco raro cuando la gente me dice que soy un novelista judío americano. ¿De verdad? No sé. Cuando estaba viendo esa temporada de Transparent pensaba que esto sí que es judío, no me puedo creer lo judío que es esto. Hace que mi libro parezca la última cena”.
PREGUNTA. He visto presentado Aquí estoy como un intento de lograr “la gran novela judía americana”. ¿Qué le parece?
RESPUESTA. No sé lo que es ni si tiene sentido. Normalmente se habla de la gran novela americana. Y la gran novela americana puede no ser una novela, y puede no ser americana. Creo que a lo que se refieren es a un grado más grande de ambición, que trata de reflejar no una historia sobre nuestro modo de vida, sino nuestro modo de vida. Pero es como cuando decimos que el próximo Dylan a lo mejor no es un músico. La próxima gran novela americana puede no ser un libro, igual es un show de televisión, quizá un cantante folk, puede ser muchas cosas.
"Suena cursi, pero dentro de cada persona hay un mundo tan grande como el que hay fuera. Y si uno puede reflejarlo puede decirlo todo"
P. ¿Es algo que tenía en la cabeza al escribir?
R. No. Ni la grandeza, ni la americanidad, ni una novela. Tenía en mente algo mucho más personal. Suena cursi, pero probablemente dentro de cada persona hay un mundo tan grande como el que hay fuera. Y si uno puede reflejar el tamaño de ese interior, reflejar de verdad la sensibilidad de una persona, puedes decirlo todo. Sea quien sea esa persona. Serían todos diferentes, pero esa sería la ambición máxima.
P. ¿Qué importancia tiene el elemento del judaísmo en esta novela?
R. En un sentido es fundamental y en otro no lo es en absoluto. Es importante de la misma forma en que el agua lo es para el pez. El judaísmo americano es el entorno en el que vive esta familia. Pero no creo que tenga que ver con la valoración que los lectores puedan hacer del libro. Puedo leerlo en el Upper West Side, que viene a ser la capital mundial del judaísmo americano, y vienen 50 personas. Hice una lectura en Italia el mes pasado y se presentaron 1.500. Y quizá uno sería judío. No estaban allí por la especificidad cultural del libro. Fue increíble. Pero no porque hubiera mucha gente. Muchos se presentan a cosas que son una mierda la mayoría de las veces. No querrías asociar tu nombre con la mayoría de los libros en la lista de best sellers. No hay correspondencia con la cantidad de gente que viene y cómo sea de bueno. Estaba en Turín y había una cola que daba la vuelta a la manzana. Pasé conduciendo y pensé: “¿No se dan cuenta de que son italianos?”. Debe de haber algo mal. Pero lo bonito de eso es lo mismo que es bonito sobre la literatura. La literatura es el antídoto a esa equivocación mía: son italianos, yo soy judío de Nueva York, así que no podemos tener nada en común. Mientras que el libro dice que da igual de dónde seas o cuándo vivieras, las cosas que nos conectan están más abajo, subterráneas. De eso van los libros.
P. ¿Por qué la pertenencia al judaísmo, la idea de ser un buen judío, se analiza con tanta intensidad?
R. No creo que sea exclusivo de los judíos. Pero no tener hogar lo alimenta. Por ejemplo, ¿qué significa ser francés? Significa que hablas francés o vives en Francia. Es bastante simple. ¿Qué significa ser judío? Pues yo no hablo hebreo y no vivo en Israel. Y vivir en Israel no ha sido una opción durante miles de años, literalmente hasta los tiempos de mis padres. Así que hay muchas cuestiones que muchas otras personas no se sienten obligadas a preguntarse. Hay una serie de complicaciones en identificarte con una pertenencia que no tiene los elementos que tienen las demás. La pregunta que se hacen [los personajes] no es tanto cómo puedo ser un mejor judío, sino esto por qué me tiene que importar. ¿Está bien alejarse de ello? En la forma en que se lo pregunta Jacob en el libro. Las cosas que se rompen en el libro, como el matrimonio, las relaciones entre Estados Unidos e Israel, la cultura judía en sí misma se rompe. Como se pregunta el rabino en el libro, cuando se vayan los originales, esos que hablan con acentos raros y que experimentaron el nazismo, ¿qué queda exactamente? El judaísmo americano está ligado a esa generación en buena medida. No quieres decepcionarlos, lo que les pasó te puede pasar a ti. De alguna forma hay que redimir el sufrimiento de la II Guerra Mundial. Y cuando se vayan, ¿qué queda? Creo que mucha gente se enfrenta no a la pregunta de cómo puedo hacerlo mejor, sino por qué estoy haciendo esto.
P. En la novela fantasea con la destrucción de Israel. ¿Es un asunto delicado?
R. No. El libro se puede leer de muchas formas. No como un libro anti-Israel, sino como un libro que hace preguntas provocadoras. ¿Cómo es de importante en el fondo este lugar para los judíos y para los judíos americanos en particular? La destrucción de Israel no hay ni que imaginársela porque sucede cada 20 o 30 años. No es una destrucción completa, pero sí la posibilidad, la amenaza existencial en cualquier caso. Es interesante, la palabra Israel es tan provocadora en sí misma. En vez de un terremoto (que arruina al país en la novela) podía haber puesto un equipo de baloncesto en Israel y la gente estaría preguntando: ¿por qué has elegido Israel?
‘Aquí estoy’. Jonathan Safran Foer. Traducción de Carles Andreu Saburit. Seix Barral, 2016. 720 páginas. 23,90 euros
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