Aquel festival al que Amy Winehouse nunca fue
El cartel del BBK Live del año 2011 estaba liderado por la gran estrella británica. Por problemas de salud, se cancelaba el sueño de poder verla en directo.
Este miércoles 14 de septiembre, Amy Winehouse habría cumplido 33 años. Casi nada. Convertida en toda una leyenda musical, incluso antes de su fallecimiento, hoy recordamos los momentos clave de su vida a través de cuatro festivales que describen su trayectoria: Glastonbury 2004, Coachella 2007, Rock in Río 2008 y BBK 2011.
Viajamos hasta 2004, cuando la artista británica empezaba a despuntar y su magnífico Back to Black aún no existía. Era el inicio de su carrera y la voz de Amy no dejaría indiferente a aquellos privilegiados que presenciaron su directo en Glastonbury. Interpretaba su primer álbum, Frank, en un pequeño escenario del festival más importante de Reino Unido.
Su ascenso meteórico al estrellato llegaría con Rehab y su admirado segundo trabajo musical. Un año después de su lanzamiento, en 2007, cuando logra su MTV y su Brit Award como mejor artista, decide retomar su relación con Black Fielder. La diva comienza a suspender conciertos y su inestabilidad personal se convierte un debate universal. Ese mismo año actuaría en el festival más conocido del mundo: Coachella.
Amy recibiría en 2008 cinco Premios Grammy por su Back to Black y cantaría en la gala vía satélite. Su calidad musical no conseguiría ocultar por completo los escándalos que la rodeaban y sus directos eran toda una profesión de riesgo. Ese año acude a Lisboa al festival Rock in Río tras ocho meses de retiro. Lo haría tarde y en extrañas circunstancias. Pocos días después actuaría en la edición madrileña del festival y acabaría desmontando las críticas. Era un mito y solo tenía 24 años.
El último gran festival que marcaría su carrera sería el BBK Live de Bilbao. Fue en verano de 2011 cuando la británica decidió suspender su gira europea por motivos de salud, fue ese el año del esperado concierto de Amy Winehouse en España que jamás llegaría. Pocos días después, Amy fallecería en su casa de Camden. Todavía hoy se pueden ver carteles de esa edición del festival que llevan bien grande el nombre de Amy, y festivaleros que seguimos imaginando cómo hubiera sido ese concierto.
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