Gallinas realzadas

Esta es la primera novela de una joven autora catalana, Anna Ballbona (Montmeló 1980), que creció en una familia payesa donde abundaban las gallinas y fue gallina en una representación escolar que no ha podido olvidar. Esos animalitos le han sido útiles para armar una atractiva novela en la que acompañan a Dora, la protagonista, y se convierten en símbolos liberadores cuando en un viaje a Dublín, acontecimiento central de la trama, traba relación con un tipo que responde al nombre de Murphy y es tan extravagante como el personaje de Beckett del mismo nombre. Sus únicas virtudes: amar a Joyce y criar gallinas.

De Dora llegamos a saber muchas cosas de su vida habitual, anécdotas como la de ese matrimonio al que ve más de una vez descender del tren discutiendo siempre en los mismos términos, o esa reunión a la que asiste por cuenta del periódico en el que trabaja en la que el Ayuntamiento organiza una especie de referéndum en el cual se propone a los barceloneses que aprueben la reforma de la Diagonal. Muchas historias se cruzan y descruzan a lo largo de las páginas, hay fragmentos costumbristas, un transcurrir un tanto anárquico en ocasiones, perezoso otras veces, y no faltan parodias y disparates.

Cuando, al final, llega la Gran Acción, aguantamos la respiración como en las novelas de suspense y quedamos muy satisfechos porque, más allá de las previsiones de la protagonista, como en algunas películas hollywoodienses, todo adquiere el aura de la perfección. Es el espíritu de viejas películas de Gregory La Cava, Lecho de rosas (Bed of Roses, 1933) y La nueva primavera (Primrose Path, 1940).

Joyce y las gallinas. Anna Ballbona. Traducción de María Paz Ortuño. Anagrama. Barcelona, 2016. 200 páginas. 17,90 euros