Roca Rey no sufre fracturas craneales o cervicales, pero permanece en la UCI
El torero sufrió una aparatosa cogida en el toro de su reaparición en la feria de Palencia
El diestro peruano Andrés Roca Rey, cogido de manera espeluznante por su primer toro del festejo de ayer, jueves, en Palencia, pasará 24 horas en observación en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Río Carrión de la capital palentina, según ha informado su apoderado, José Antonio Campuzano.
El exmatador de toros ha señalado que las pruebas a las que ha sido sometido "descartan fracturas tanto en el cráneo como en las cervicales", pero al ser reincidente (hace 15 días sufrió un traumatismo craneal muy parecido cuando toreaba en Málaga) los médicos han optado por dejarlo en observación en la UCI como protocolo de seguridad.
Lo que sí ha sufrido es una pequeña fractura en la parte izquierda del pómulo, que, según les ha advertido un cirujano maxilofacial de este centro hospitalario palentino, no necesita cirugía e irá soldando poco a poco por sí solo.
Los doctores han aconsejado también "reposo absoluto" durante varios días, de ahí que tanto José Antonio Campuzano como su otro apoderado, Ramón Valencia, hayan decidido esperar la evolución del torero para tomar una decisión sobre si podrá afrontar o no los compromisos que tiene cerrados de aquí a final de temporada.
Roca Rey resultó cogido por el tercer toro de la corrida celebrada en Palencia, de la ganadería del Charro de Llen, que lo volteó al iniciar una tanda al natural, lanzándolo por los aires, pasándoselo de pitón a pitón y, una vez en el suelo, volvió a hacer por él para propinarle golpes por todas las partes del cuerpo.
El peruano quedó inerte y boca arriba en el albero, y fue trasladado a la enfermería donde los doctores pudieron apreciar que, pese a no llevar ninguna cornada, el torero presentaba una fuerte conmoción que le produjo desorientación y no saber siquiera donde se encontraba en ese momento, por lo que decidieron su traslado a un centro hospitalario para un estudio en profundidad.
El parte médico emitido tras ser asistido en la enfermería de la plaza, y que firma el doctor Rafael Sánchez, recoge lo siguiente:
"Conmoción cerebral y traumatismo craneoencefálico. Pasa a la enfermería donde es monitorizado, objetivándose constantes vitales dentro de la normalidad. Glasgow 13. Reflejos normales. Exploración neurológica: desorientación temporo-espacial y visión borrosa. Exploración: contusión erosiva en región cervical. Se le traslada al Hospital Río Carrión en ambulancia monitorizada".
Con más de media entrada, se lidiaron en Palencia toros deslucidos de Charro de Llen en sustitución de la anunciada de Garcigrande y Domingo Hernández. Sólo el cuarto tuvo nobleza, aunque también pecó de sosería.
Julián López El Juli, silencio, silencio en el que cogió a Roca Rey, y palmas
Alberto López Simón, saludos, oreja, y silencio tras aviso.
Cuarenta y tres muletazos dio El Juli al primero de la tarde, todos de uno en uno, porque el toro salía de la pañosa mirando a los tendidos. Aunque parezca increíble, la música rompió a sonar y el matador, con buen criterio, la mandó callar. Tras matar muy mal, los tendidos enmudecieron.
El Juli tuvo que rematar al toro que cogió a Roca Rey y lo hizo con prontitud. En el segundo de su lote protagonizó una faena variada ante un toro de corto recorrido que le obligó a meterse entre los pitones antes de utilizar el estoque con poca fortuna.
Muchos muletazos y más enganchones tuvo López Simón en su primero, con el que no terminó de acoplarse ante un astado que iba y venía con sosería y al que su matador dio pases sueltos. En el quinto, que mató en sustitución de Roca Rey, realizó una faena rutinaria y funcionarial, con muchos pases y poco limpios. Mató con prontitud y un público generoso le concedió la oreja.
En el sexto, último de la tarde, volvió a obsequiar al público con una faena aburrida y tediosa ante un toro de anodinas embestidas.
Melilla: Padilla, cuatro orejas y un rabo
El diestro jerezano Juan José Padilla cosechó un triunfo rotundo de cuatro orejas y un rabo en el festejo celebrado en la considerada Mezquita del Toreo de la ciudad de Melilla, la única plaza de toros en activo que existe en el continente africano.
Con tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Manuel Blázquez, desiguales de presentación y juego. Destacaron cuarto y quinto.
Manuel Díaz El Cordobés, silencio tras aviso y oreja tras aviso.
Juan José Padilla, dos orejas, y dos orejas y rabo.
Rafael Tejada, silencio y silencio tras dos avisos.
Babelia
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