La rosa, el puño y la Corona

Juan Francisco Fuentes nos ofrece en Con el Rey y contra el Rey una detallada crónica de la actitud de los socialistas españoles ante la monarquía desde la Restauración hasta la abdicación de Juan Carlos I. Para la realización de esta empresa cuenta el autor con la inclusión en su amplia producción historiográfica de tres obras significativas: una autorizada biografía de Francisco Largo Caballero; otra, la excelente de Adolfo Suárez, especialmente útil para seguir el curso de la cuestión a lo largo del proceso de la Transición, y la notable aproximación a la personalidad de Luis Araquistáin en el exilio, trabajo que le permite cubrir con particular eficacia esta etapa de nuestra historia por lo que respecta a las relaciones del socialismo español con la monarquía.

Las relaciones iniciales del movimiento socialista con nuestro republicanismo están marcadas por una hostilidad hacia lo que Pablo Iglesias y sus seguidores verán como unos competidores desleales en la búsqueda del apoyo de las clases trabajadoras. Aunque las malas relaciones con los republicanos no obligan a mantener la misma actitud hacia la república, no es hasta el inicio de la conjunción republicano-socialista y la llegada de Iglesias a las Cortes en 1910 cuando se produce una franca aceptación de la forma de gobierno republicana como sinónimo de democracia, y de la democracia como etapa indispensable en la construcción del socialismo.

Quiere ello decir que el celo republicano del socialismo español a lo largo del primer tercio del siglo XX se explica mejor como recurso táctico, como etapa necesaria en la consecución del socialismo, que como objetivo en sí mismo. De hecho, esta actitud se mantendrá en los años de la Segunda República, cuando el PSOE adquiera una importancia decisiva en la vida política española. Solamente el sector centrista del partido liderado por Indalecio Prieto asumirá hasta el final su identificación con la Segunda República, y ello con el importante matiz que introduciría la actitud prietista ante la revolución de octubre de 1934. El grueso del partido, liderado a partir de 1933 por Francisco Largo Caballero, tendría muy clara la condición de la república como estación de paso hacia el futuro orden socialista.

Esta actitud se modificaría sustancialmente tras el fin de la Guerra Civil. Hombres que tan destacado papel tuvieron en el proceso de radicalización de los años treinta, como el propio Largo Caballero y Luis Araquistáin, o exponentes de la tradición centrista como Indalecio Prieto o Luis Jiménez de Asúa, coincidirán en la importancia de restablecer las libertades arrebatadas por el franquismo. Y ello, si fuera más fácil de conseguir, con el recurso a la monarquía, renunciando a la fidelidad a la república. Este es el origen de los Pactos de San Juan de Luz, impulsados por Prieto, y que al fin no pudieron ir adelante por el doble juego de don Juan con el general Franco y la oposición democrática.

Aunque la proclamación de Juan Carlos como príncipe de España y futuro heredero de Franco en la Jefatura del Estado sería acogida con escepticismo en los medios socialistas (el contraste del que hablaba Enrique Tierno Galván entre una solución y una salida), lo cierto es que a partir del acceso de don Juan Carlos al trono se impondrá el realismo y el renovado socialismo español apostará por la recuperación de las libertades por encima de cualquier nostalgia republicana. Una actitud que, más allá de las veleidades ligadas a la movilización de un “republicanismo cívico”, se ha mantenido firme en el socialismo español, incluso con ventaja respecto a las actitudes de la derecha española. De todas estas cuestiones da buena cuenta el libro de Juan Francisco Fuentes, basado en una sólida documentación y en un atinado estilo literario, a medio camino entre la crónica periodística y la rigurosa narración histórica.

Con el rey y contra el rey: los socialistasy la monarquía. Juan Francisco Fuentes. La Esfera de los Libros. Madrid, 2016. 536 páginas. 26,90 euros