José Mota: “Soy el peor espectador para mí mismo”
El humorista protagoniza la nueva serie de TVE 'El hombre de tu vida'
Ha demostrado sobradamente que maneja el formato breve del sketch. Ahora José Mota (Montiel, Ciudad Real, 1965) afronta un nuevo reto: protagonizar una serie. Lo hará en El hombre de tu vida, adaptación de una producción argentina de mismo título escrita y dirigida por Juan José Campanella. La versión española de esta comedia romántica y familiar se estrena este jueves en La 1 a las 22.15 con capítulo doble (cada episodio dura 50 minutos). En ella, Mota da vida a Hugo, viudo, con un hijo y en paro, que acepta la propuesta de su cuñada de convertirse en el hombre ideal para las clientas de su peculiar agencia de contactos.
Pregunta. Se refiere a El hombre de tu vida como la serie de su vida. ¿Qué tiene para que le haya enamorado tanto?
Respuesta. Me ha hecho muy feliz. El tratamiento de la serie es una comedia romántica donde lo que se busca es emocionar al espectador no solo con la carcajada o la sonrisa, sino también con la emoción. Para mí ha sido muy interesante porque el arco interpretativo que me ofrecía el papel de Hugo era muy amplio, con muchos matices distintos, y eso para un actor es un caramelo.
P. ¿A sus seguidores habitual no les va a extrañar encontrarle en este nuevo registro?
R. Creo que lo que buscarán es seguir pasándoselo bien y hacerlo con una propuesta nueva. Los cómicos y actores somos contadores de historias, a veces nos toca estar en un escaparate y otras veces, en otro.
P. Los textos originales se han adaptado. ¿En qué es diferente el sentido del humor de los argentinos y los españoles?
R. En Argentina hay una cultura más de deleitarse con el diálogo en ficción que aquí. Se han mantenido los momentos emotivos, pero la parte de comedia se ha elevado un tono o dos.
P. ¿Cómo ve la comedia en la ficción televisiva española?
R. Francamente bien. La que se avecina es un ejemplo de buena comedia y de un trabajo muy bien hecho. Sus responsables han creado sin duda un género de comedia televisivo nuevo. Y ahí están los resultados.
P. ¿Ha visto algún capítulo ya de su serie? ¿Cómo se ha visto a usted mismo?
R. Soy el peor espectador para mí mismo, pero creo que eso le pasa a la mayoría de compañeros. ¿Sabes lo que pasa? El actor recuerda emocionalmente cómo se sentía en cada secuencia. Tienes una lectura interior y cuando te ves, automáticamente esa secuencia te lleva a tu mundo interior y recuerdas cómo te sentías en ese momento. Ese lenguaje tan específico solo lo sientes tú. El espectador es ajeno a eso. Pero estoy prudentemente feliz, estoy contento con el resultado.
P. Hace unas semanas, TVE pidió perdón a raíz de una queja por un sketch suyo...
R. Creo que se puso el altavoz a algo que no tenía ruido ninguno y se hizo sonar algo que no sonaba. No le he dado ninguna importancia porque para mí no tiene relevancia. Era un sketch absolutamente blanco y no entiendo por qué pasó todo eso. En cualquier caso, no ha tenido ningún peso para mí y mi relación con TVE sigue siendo estupenda.
P. ¿Qué límites tiene el humor?
R. Aquellos que tú quieras poner. Yo tengo mis límites, no me vale hacer humor de todo. Pero en las cosas o hay intencionalidad o no, eso sí que es objetivo, no subjetivo.
P. ¿Es fácil mantener ese límite que se pone uno mismo?
R. Solo hay que ser consciente de no hacer aquello que te molestaría ver de ti si lo leyeras o lo vieras. Cuando hago una parodia de alguien jamás cuestiono su lado personal. Puedo dar una opinión del desempeño público que una persona pueda hacer, pero jamás cuestiono la vida privada, no tengo derecho a ello.
P. ¿Le gustaría seguir explorando esa vía con tintes más dramáticos que ha empezado a recorrer?
R. Sí. Ahora estoy rodando Abracadabra, una película de Pablo Berger con Maribel Verdú, Antonio de la Torre, Quim Gutiérrez, José María Pou, y es un proyecto hermosísimo, como es el cine de Pablo, con una delicadeza extrema. Es un cineasta atrevido, valiente, capaz de contar historias dramáticas envueltas en comedia. Hace un cine interesantísimo y estoy feliz. Y en televisión me gustaría que el pie que he puesto en ficción echara a andar. Pero antes, a ver qué ocurre.
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