Miradas inéditas

Cada vez me interesan más las lecturas sobre el arte de los no historiadores del arte y la crítica no especializada, aunque a veces se dejen seducir por lo superficial de la escena que inunda muchas novelas para hablar de lo falso en la creación, de las frivolidades implícitas, de las superventas en subastas y hasta de las fiestas. ¿No será igual el mundo literario y esa nueva filia se deberá a cierta fascinación infantil? Se salva La mucama de Omicumlé, de Rita Indiana (Periférica): es tantísimas cosas que la escena artística se diluye entre la acción trepidante. Quien no la haya leído aún que corra a conseguirse una copia. Por esos acercamientos algo naifs me resultan tan seductoras las aproximaciones de César Aira. Después de haberse acercado al arte contemporáneo en textos maravillosos e inclasificables como Artforum, publica ahora una charla dictada hace un par de años. Sobre el arte contemporáneo (Literatura Ramdon House) no reflexiona sobre la escena artística, sino sobre los posibles acercamientos a ella a través de la escritura. También Jacobo Siruela bordea cuestiones relacionadas con las visualidades en Libros, secretos (Atalanta), donde se recogen las pasiones sofisticadas del editor, mezcladas con sus lecturas siempre personales de movimientos clásicos. Es el caso de Valentine Penrose y el surrealismo, al cual Siruela se acerca con esa mirada inédita de quien ve las cosas de una manera nueva que Aragon describiera en su libro clásico. Por cierto, El aldeano de París, base de los Pasajes de Benjamin, acaba de traducirse en Errata Naturae. En cualquier caso, si prefieren propuestas más académicas, La Balsa de la Medusa y el Museo Picasso de Málaga acaban de publicar La energía visible. Jackson Pollock. Una antología (en edición de José Lebrero). El volumen recoge textos —completos— del pintor, sus contemporáneos y artículos clásicos de muy afamados historiadores del arte. Buena lectura.