¿Qué 100 goles?

Cualquiera que haya seguido la pasada jornada de Liga sabe que el tridente ha alcanzado ya los 100 goles. Es lícito limitarse a decir el tridente. Solo hay uno: el compuesto por Luis Suárez, Neymar y Leo Messi en el Barça. Pare de contar.

Los especiales deportivos de los informativos del domingo lo celebraban en sus resúmenes. Antena 3, de noche, nos ofrecía la fiestecilla previa al despegue que los jugadores del equipo colgaron en las redes sociales tras ganar en Eibar. Ahí estaba el animador por antonomasia del hypsterismo defensivo que es Gerard Piqué dando la turra a los compañeros para que rellenaran su egotrip particular vía Snapchat y lanzarlo a todos los telediarios.

Después de hacernos perder el tiempo en obviedades y chistecillos de pijería miniadolescente, se acercó Piqué al gran Messi para preguntarle por la marca del día. El genio le miró un tanto desconcertado y le preguntó: “¿Qué 100 goles?”. Había cumplido con dos en otra jornada hacia un nuevo récord. Pero se le había pasado sumar. ¿Para qué?

Entre soplagaitas de la estadística y memos del enganche a las redes sociales anda perdido el patio de la baratija informativa en sus secciones de deportes. No hay tanto que contar para rellenar horas y horas de espacio audiovisual. O sí, pero en otras claves ajenas a la basurilla reciclada de cada día.

Por eso, en mitad de este imperio de la nimiedad, la aparentemente ley marciana de Messi cobra tanto sentido, por puramente terrenal. Es decir, normal. Con salidas así, demuestra que en vez de dedicarse a emplear sus horas en naderías que pintan de sofisticación el más absoluto vacío, este personaje irrepetible solo conduce su sabia voluntad hacia lo esencial. Sus lecciones se limitan a lo que dicta en el campo y al infinito malabarismo de sus piernas atadas al balón. El resto es ruido.