Anik Lapointe: “Es clara la influencia de Hitchcock y Highsmith”
La editora de Salamandra Black analiza el género negro como "la gran novela realista y naturalista, capaz de reflejar (y reciclar) literariamente los conflictos que nos rodean"
La editora de Salamandra Black, antes en RBA, ofrece su visión del momento de la novela negra.
-¿Hay una nueva novela negra? ¿Ha ampliado fronteras, temas? ¿Cabe la fantasía, la historia más que antes?
-La novela negra es un género extremadamente dúctil, dotado al mismo tiempo de unas bases estructurales muy definidas y de una gran flexibilidad. Es capaz de absorber e incorporar elementos de diversos géneros (histórico, terror, suspense psicológico, fantasía) sin perder su identidad. Este carácter de esponja, que va desde el préstamo directo al flirteo ligero, lo ha tenido siempre y lo más destacable es que no por ello ha perdido su identidad.
Diría que en los últimos años se ha potenciado una novela negra clara y directamente influenciada por Hitchcock y Patricia Highsmith. Ésta se define, sobre todo, por trabajar más el suspense psicológico que la clásica novela de detectives (donde el foco está en la investigación) y el hard-boiled americano que popularizaron Hammett, Chandler y Ross Macdonald a partir de la tríada detective-culpable-femme fatale (cuyos roles a veces resultan intercambiables).
Otro fenómeno a resaltar es el (re)surgimiento de las novelas de espionaje, que también derivan de la novela negra. Tras mucho tiempo fuera de foco, sumidas en un largo silencio en el que parecía que podrían acabar desapareciendo, han reflotado tanto en la literatura como en el cine y las series televisivas. La Guerra Fría (el original y sus reformulaciones presentes), el terrorismo internacional, las escuchas… vuelven a estar de actualidad. Esto prueba, una vez más, que la novela negra siempre le está tomando el pulso a la sociedad, viviendo de sus transformaciones y nutriéndose de sus angustias y traumas.
-¿Ha dado un salto de calidad?
-Diría que lo que realmente ha cambiado es nuestra percepción de la novela negra, que ha dejado de ser considerada como un género menor y que se ha ganado de lleno el favor de un público masivo. Aunque es ampliamente debatible, y extremadamente difícil de dictaminar, si los autores contemporáneos han superado o no a autores clásicos como Chandler, Hammett, Macdonald, Crumley, etc., lo que sí está claro es que la calidad siempre ha estado presente en el género para el que ha querido prestar verdadera atención. Y lo que sí puedo afirmar como editora es que hay grandísimos autores de novela negra en la actualidad que aún no han sido descubiertos.
-¿Es novela social?
-Cuando asociamos la novela negra con la novela social creo que hacemos referencia, sobre todo, a una época muy definida: concretamente a esos años 60 y 70 en los que la novela negra adoptó un perfil más político y social, más reivindicativo y de denuncia. Especialmente en Europa, claro está, de la mano de autores tan significativos como Maj Sjöwall y Per Wahlöo en Suecia, Jean-Patrick Manchette encabezando el neo-noir en Francia, y Sciascia en Italia. Markaris, Camilleri y Vázquez Montalbán han recogido este legado, modelando una gran novela negra mediterránea que se hace eco del malestar social imperante en su seno.
Ahora bien, la novela negra es la gran novela realista y naturalista, y por sistema ha demostrado poseer unos reflejos prodigiosos a la hora de reflejar (y reciclar) literariamente los conflictos que nos rodean.
-¿Cuál es el espíritu de Salamandra Black?
-Salamandra Black explora todas las facetas del noir y lo único que realmente nos importa es que en cada uno de los títulos de nuestro catálogo palpite una buena historia, capaz de sorprender; que esté bien escrita y habitada por una fauna dispuesta a quedarse para siempre en la mente del lector. En definitiva: garantizar una experiencia de lectura única. En Black tenemos un lema: "No dejes de leer: es cuestión de vida o muerte".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.