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El culebrón vasco ya es historia

Euskal Telebista echa el cierre a ‘Goenkale’, la serie más longeva de España. Más de 700 actores han intervenido en los 3.707 programas emitidos durante 21 años

Mikel Ormazabal
Parte del reparto de la serie 'Goenkale'
Parte del reparto de la serie 'Goenkale'Javier Hernández

La última escena de la serie Goenkale reúne frente a frente a dos de sus personajes más carismáticos. “¿Te vas de Arralde?”, pregunta Alizia. “No hay nada como Arralde”, le contesta Leonor. Esta conversación, que deja un poso nostálgico en el espectador, puso ayer fin a la telenovela que más tiempo ha perdurado en la televisión en España. The end a 21 años de emisión ininterrumpida en Euskal Telebista (ETB).

Arralde es el nombre de un pueblo ficticio de la costa vasca donde se ha desarrollado, íntegramente en euskera, toda la trama de Goenkale (Calle de Arriba). Arralde desapareció ayer del mapa y ya es historia de la televisión. “Ha sido un trabajo desconocido para mí, totalmente enriquecedor y que ha merecido la pena”, afirma el levantador de piedras Iñaki Perurena, que en la última etapa del programa ha hecho el papel de Imanol, el alcalde de Arralde.

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Coproducida por Pausoka y Euskal Telebista (ETB), Goenkale ha estado en pantalla desde el 3 de octubre de 1994. Su despedida deja atrás 3.707 capítulos y 1.854 horas de emisión. Más de 700 actores, entre principales, secundarios y extras, han intervenido en un serial que ha sabido combinar el drama y la comedia, ha dado rienda suelta a las intrigas amorosas y reflejado las principales problemáticas sociales del momento. “A mí me ha servido para crecer como actor”, confiesa Martxelo Rubio, que encarnó durante los dos primeros años de la serie a Jon Kepa, un profesor homosexual, y durante los últimos siete ha sido Kandido, “un tipo íntegro”. Rubio coincide con otras dos veteranas, Tessa Andonegi y Ainhoa Aierbe (Alizia y Leonor en la ficción): “Goenkale nos ha dado a los actores estabilidad en el trabajo, algo muy difícil de conseguir en una profesión tan cambiante”.

Eso acabó en febrero, cuando un equipo de unas 200 personas —entre actores, guionistas, productores, lingüistas, cámaras, regidores, iluminadores, decoradores, personal de maquillaje y vestuario— rodó el episodio final. El suspense que se ha mantenido hasta el último día se despejó ayer con un desenlace sin puntos suspensivos. “Es un cierre muy cuidado. Por ahora, sin vuelta atrás”, declara Andonegi.

La política, “no tocar”

Una de las claves del éxito de Goenkale, explican sus responsables, ha consistido en “la cercanía, la sencillez y su carácter familiar”, de tal modo que “la gente siempre se ha sentido identificada con los personajes”. El forzudo Perurena, que con ocasión del capítulo 1.700 levantó en una gala una piedra de 100 kilos 1.700 veces —fueron nueve horas de faena—, destaca “el empeño de la serie en dar a conocer las problemáticas sociales con naturalidad”. Inmigrantes hablando en euskera, la homosexualidad sin estereotipos, el no a la violencia de género... han tenido cabida en el culebrón. Pero había una pauta muy clara: “La política, ni tocar”, afirma Rubio.

En pleno “duelo” por el adiós a Arralde, los actores coinciden en que se le ha dado una muerte “muy digna”. El bar Boga, principal referente del programa y escenario de la mayoría de las tramas, estaba pendiente de una orden de demolición, lo que podía simbolizar el derrumbe completo del proyecto televisivo. Finalmente, los vecinos de Arralde se amotinan para impedirlo y el Boga “sale triunfante”, se felicita Aierbe. ¿Una alegoría del posible regreso de Goenkale en un futuro?

Escuela de actores y cameos vips

En Goenkale se iniciaron actores que después han forjado una exitosa carrera, como Bárbara Goenaga, Aitor Luna o Gorka Otxoa. "Ha sido una cantera de actores", afirma Martxelo Rubio. Tessa Andonegi reivindica "la importancia de que se haga producción propia en la televisión pública".

En la serie han intervenido los chefs Arzak, Arguiñano y Berasategui, la alpinista Edurne Pasaban, presentadores de televisión, deportistas, cantantes...

Primero se grabó en platós, después en Orio y Tolosa, con incursiones breves en Benidorm (2001) o Marbella (2007).

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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