Luz sobre los secretos de ‘Mar de plástico’
La serie de Antena 3 cierra su primera temporada resolviendo quién asesinó a Ainhoa
En el cuartel de la Guardia Civil de Campoamargo ya saben quién mató a Ainhoa. Pero parece que nadie se atreve a decir su nombre en voz alta por si acaso. Todo son sonrisas cómplices cuando se saca a colación el tema. "Yo sí me lo esperaba, pero soy el que investiga el caso. Y, aunque esté mal decirlo, soy un poco más listo que Héctor", dice con una media sonrisa Rodolfo Sancho, que durante 13 capítulos ha interpretado a Héctor, encargado de la investigación del macabro caso.
A mediados de noviembre, EL PAÍS fue testigo de la grabación de varias secuencias clave del último capítulo de Mar de plástico, serie que esta noche (22.30) pone punto final a su primera temporada en Antena 3 con un capítulo en el que se resolverá quién es el asesino de Ainhoa y que promete emociones fuertes y algún cabo suelto para una segunda entrega ya confirmada de la serie.
Su ambientación singular, el enganche del thriller y una luz peculiar son las marcas de identidad de la serie producida por Boomerang y con la que Antena 3 se ha apuntado un tanto en términos de audiencia (no ha bajado de los tres millones y medio de espectadores) en el último trimestre del año. "El mérito de sus creadores, Juan Carlos Cueto y Rocío Martínez, está en situar una trama clásica en un entorno muy especial", resalta Norberto López Amado, director de cinco de los capítulos de la serie, entre ellos, el primero y el último. "Queríamos que tuviera mucho ritmo visual, que no tuviera encuadres clásicos, pero que no fueran rebuscados. Un formato clásico en la narración pero que fuera visualmente muy atractiva", explica López Amado.
Para el productor ejecutivo Jorge Redondo, parte del secreto de Mar de plástico reside en el aspecto visual. "Lo diferente, aparte de una buena historia, es el universo donde lo hemos hecho. No es lo mismo que aparezca un cadáver en una calle de Madrid o Barcelona que en el mar de plástico de Almería. Eso junto a la técnica, con unos planos muy angulares, tiros de cámara muy por debajo de los ojos del personaje, la fotografía distinta, los personajes, el crisol de culturas... Eso ha dado al espectador algo distinto", detalla Redondo.
La combinación del rodaje en Almería y en Madrid también ha dificultado la producción de la serie, al tener que dividir el rodaje en dos bloques, trabajando primero en los ocho capítulos iniciales y, después, en los cinco restantes. "Optamos por rodar en escenarios naturales. Ahora está la opción de rodar con cromas, pero creíamos que teníamos que estar in situ y convertir a los plásticos en un personaje más", explica Redondo sobre el rodaje en Almería: "supuso tener abiertos muchos aspectos y mantener el racord [la continuidad entre secuencias] de heridas y los racord emocionales de los personajes, porque en un mismo día grababas escenas del capítulo dos y del siete, y en uno te estabas enamorando y en el otro ya lo habías dejado", relata el productor ejecutivo.
Uno de los aspectos que más llama la atención de Mar de plástico es la luz amarillenta, asfixiante y cálida de los exteriores y el agobio que traslada a las escenas en interiores. "Los thrillers normalmente se manejan en unos tópicos visuales, con oscuridad, una fotografía fría, vacía de color. Nosotros con esos decorados teníamos muy difícil aplicar eso, así que pensamos en darle la vuelta", cuenta José Luis Pechorromán, director de fotografía.
"Hemos buscado la oscuridad en el contraste, jugando con la luz propia de Almería. Tiene una entidad casi de protagonista en la serie. Usamos tonalidades cálidas, no hay cielos azules, sino que están vacíos de color y amarilleados. Y por ahí encontramos un punto de extrañeza, de que algo pasa", destaca Pechorromán de un trabajo que se complicaba todavía más en los interiores, grabados en Madrid y donde la imagen juega con los contrastes y claroscuros. "Estudio la puesta en escena de los actores, a qué hora tiene lugar la secuencia, y establezco lo que llamo la lógica de la luz: ¿dónde estaría el sol a esas horas?, y meto la luz solo por esa dirección. Soy muy escrupuloso con eso. Si no se hace así, el espectador empieza a percibir la falsedad. Hay mucha reflexión en todo ello, no es lanzarse a iluminar sin más".
Técnicos, actores y el resto del equipo de la serie se reúne para comer. Una de las actrices suelta en alto lo que parece un gran spoiler. Al rato, los comensales despiden con aplausos a la actriz Andrea Ros, la hermana pequeña de Ainhoa en la ficción, que ha grabado ya sus últimas tomas. Solo quedan dos días de rodaje y huele a despedida.
Sin embargo, para muchos otros el trabajo ha seguido hasta casi el día de la emisión. Es el caso de Ángel Armada y el equipo de edición de la serie, encargados de que el guion quede reflejado en imágenes. También en esta fase del trabajo Mar de plástico ha tenido algunas peculiaridades. "En exteriores hemos buscado planos más generales y en interiores, más cortos para conseguir esa sensación de agobio". Además, para Armada también en edición se ha arriesgado un poco más de lo habitual. "Hemos jugado con las salidas y entradas de cuadro de los personajes, con cortes bruscos para dar dinamismo. Pasamos de la tranquilidad de planos generales a cortes bruscos y planos cortos para dar rapidez y brusquedad", detalla.
En uno de los despachos de los decorados, Héctor desvela a otros dos personajes quién es el culpable de la muerte de Ainhoa. La reacción de incredulidad se graba en varias tomas. El secreto saldrá a la luz esta noche. Hasta entonces, siguen abiertas las apuestas. ¿Quién mató a Ainhoa?
Actores primerizos
Junto a intérpretes veteranos y con muchas tablas, en Mar de plástico han participado jóvenes para los que era su primera o una de las primeras experiencias actorales. Como reconoce Norberto López Amado, esa ha sido una de las dificultades de su trabajo como director.
"El riesgo de esta serie es que a veces había secuencias con cuatro actores primerizos. Por un lado, tienes la falta de técnica y, por otro, la frescura. Al final, lo que importa es conseguir una armonía en el conjunto, que era el reto", explica el director, que resalta la espontaneidad de esas interpretaciones y el encaje y la ayuda que ofrecieron los actores más experimentados.
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