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Sobre un mundo inexistente

Sostiene Markus Gabriel que el mundo no existe, pero sí todo lo demás

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Sostiene Markus Gabriel que el mundo no existe, pero sí todo lo demás. Lo que niega es la existencia de un todo que debería incluirse a sí mismo. Hay pues un sujeto que percibe una realidad poblada de objetos y hechos que no constituyen una unidad interrelacionada. También existe otro tipo de entidades en un sentido diferente a como puedan existir una mesa o el propio Markus Gabriel. Por ejemplo, los personajes literarios e incluso los meramente imaginados como “duendes, brujas o armas de destrucción masiva en Luxemburgo”. Es decir, “existe todo lo que no existe”. ¿Provocación? No. Más bien una invitación a pensar en tiempos en los que parece un lujo prescindible.

Gabriel es un filósofo alemán nacido en 1980, catedrático de la Universidad de Bonn apenas cumplidos los 28 años. Está de moda en su país, tal vez porque su último libro, que ahora aparece en castellano, ha sido éxito de ventas.

Propone partir de cero en filosofía, aunque mantenga parte del léxico filosófico tradicional y no pocas referencias a filósofos. Por ejemplo se distancia de Kant, Hegel, Ha­bermas o Quine; muestra cercanía a Heidegger, Kierkegaard o Fre­ge, y hace las dos cosas con Nietzsche. A su lado coloca algunas series de televisión, convertidas en una buena manera, dice, de captar “el sentido de nuestro tiempo”.

Gabriel parte de una exigencia: la claridad. La filosofía tiene que renunciar a esconderse en un léxico de difícil comprensión. Es posible que esa claridad expositiva sea parte del éxito de su libro, pero algo tendrá también que ver que el autor pase revista a los argumentos clave del debate filosófico actual para invitar a la reflexión. Contra lo que puedan llegar a pensar quienes promueven la reducción de la filosofía en la enseñanza, esta actividad sigue siendo un estímulo del pensamiento crítico.

Por qué el mundo no existe. Markus Gabriel. Traducción de Juanmari Madariaga. Pasado y Presente. Barcelona, 2015. 256 páginas. 22 euros.

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