El trabajo de engañar al ojo
Una empresa española participa en los efectos visuales de 'Juego de tronos' o 'The Knick'
En el interior de un edificio de oficinas del centro de Madrid se obra el milagro. Allí, una antena que se ha colado sin querer en el Nueva York de 1900 desaparece de la vista. También en este lugar una horda de zombis y esqueletos se aproximan hacia los humanos con muy malas intenciones.
En El Ranchito Imagen Digital llevan años trabajando en la postproducción y efectos visuales para publicidad y cine. Ahora, en su web, en grande y junto a una imagen de la película Lo imposible, presumen de su trabajo en Juego de tronos. La impresionante batalla de Casa Austera (Hardhome) en el octavo capítulo de la quinta temporada de la serie fue como fue gracias a un nutrido equipo de operadores españoles. También son los encargados de pulir tomas en The Knick para eliminar cualquier rastro del siglo XXI en una serie ambientada a principios del XX o quienes remataron la ambientación de época en Boardwalk Empire.
"Cada serie tiene un trabajo diferente. En The Knick, por ejemplo, no es complicado técnicamente pero sí exigente. Y los tiempos suelen ser muy apretados, es inconcebible pensar que no llegas, así que hay que planificarlo bien", explica Eduardo Díaz, supervisor del trabajo para la segunda temporada de la serie protagonizada por Clive Owen. "Lo que hacemos aquí es quitar todos los accesorios o elementos que puedan tener que ver con la época actual: antenas, farolas, alarmas...", añade sobre una labor marcada y supervisada desde Estados Unidos.
Su labor en The Knick la describen como "sencilla" comparada con lo que tuvieron que hacer para Juego de tronos. Mientras que para los efectos de The Knick trabajan unas 10 personas en El Ranchito, para Juego de tronos llegó a haber 80 personas dedicadas a recrear la batalla que enfrentó a los salvajes con un ejército de zombis y caminantes blancos. "Hay dos planos que nos costaron bastante. En uno, que es una combinación de dos planos, unos esqueletos van corriendo y saltan por un precipicio y hay una cascada de muertos que van cayendo y se forma una montonera de zombis en el suelo. Y otro complicado era un plano con un movimiento de grúa que sobrepasaba la muralla de defensa y al otro lado hay una tormenta con un montón de salvajes", rememora Eduardo Díaz.
Hasta llegar a participar en estas series han hecho falta años de trabajo y de reconocimientos. Como recuerda Guillermo Orbe, el punto de inflexión llegó cuando Félix Bergés, también de El Ranchito, ganó el VES, premio de la Visual Effects Society, por Lo imposible. "Hasta entonces era complicado conseguir encargos de fuera. España para este tipo de trabajos es un país pequeñito", explica Orbe. Entonces llegó su participación en las dos últimas temporadas de Boardwalk Empire, tras lo que han sido parte de otras producciones internacionales como Cosmos.
El secretismo que se respira en El Ranchito es máximo. "De hecho, no pudimos ni decir que habíamos trabajado en Juego de tronos hasta que se emitió el capítulo", rememora Orbe. Ellos conocen detalles de las series antes que nadie y las productoras no se pueden arriesgar a que se filtre nada. Por eso, además de firmar acuerdos de confidencialidad y someterse a auditorías, sus ordenadores solo están conectados entre sí en red, pero no tienen conexión a Internet.
Los efectos visuales son uno de los últimos pasos en la fase de producción de una serie o una película. "Hay planos que se entregan pocas semanas antes de su emisión. Por ejemplo, en Juego de tronos, nuestro capítulo se emitía en junio y lo entregamos a principios de mayo. Luego tienen que hacer el color, retoques y copias para todo el mundo. Imagínate que un plano importante esté mal. Eso es inconcebible para nosotros", explica Eduardo Díaz. Esa tensión por los niveles de exigencia que se les requiere es "parte del proceso creativo", cuenta el operador de efectos visuales Ángel Rico.
Además de crear batallas impresionantes, los efectos visuales facilitan la vida a la producción de una serie. "Trabajamos al servicio de la dirección artística, de maquillaje...", cuenta Eduardo Díaz. Y pone varios ejemplos. En The Knick grabaron una escena con un personaje con un ojo amoratado. Si finalmente desaparece la escena en la que le ponen el ojo morado, hay que quitarle el moratón. "Nadie va a darse cuenta de eso, pero permite al director y montador usar ese plano". O rodar en una localización con rascacielos que no son de la época. "Cuentan con que luego podemos quitar de forma digital esas cosas". Para ello, hay un supervisor de efectos visuales en el rodaje que tiene en cuenta todos esos detalles.
En The Knick ya son reincidentes. Tras participar en la primera temporada, la nueva ha ido más rodada, como explica Ángel Rico. "Ya sabemos muchas veces qué tenemos que hacer sin que nos digan nada, les hemos facilitado el trabajo en ese sentido", añade sobre una serie que también les supone un nivel de exigencia muy alto. "Lo que tenemos que conseguir es que el espectador no se dé cuenta de que hemos quitado una antena o que hemos quitado las hojas a un árbol que tenía hojas y que, como en la serie es otoño, no puede tenerlas", remata Eduardo Díaz.
Al preguntarles si volverán a participar en Juego de tronos aseguran desconocer la respuesta. "Esperemos que sí. Si les gustó, esperemos que nos llamen otra vez", dicen sonrientes pero sin desvelar nada, ni siquiera el nombre de otra serie en la que están trabajando. Es otro de los secretos que esconde las puertas de este edificio del centro de Madrid en el que los ordenadores hacen milagros.
Lo que no se puede cambiar
Aunque pueda parecer que los retoques digitales pueden arreglar cualquier cosa, en una película o una serie hay aspectos que no se pueden alterar. Uno es la luz de la imagen. “El trabajo del director de fotografía no lo podemos cambiar digitalmente”, explica Eduardo Díaz.
Otro de esos elementos que no se pueden alterar es la interpretación de un actor. "Parecen cosas evidentes, pero son dos pilares básicos de cualquier producción audiovisual y que no se pueden cambiar con efectos visuales", cuenta Díaz. Lo que sí pudieron es crear, con la orientación de la serie desde Estados Unidos, los esqueletos para la batalla de Casa Austera en Juego de tronos. La serie ganadora del Emmy no habría sido lo mismo sin el toque de estos españoles.
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