Espanto
Aseguran que la pena más dura y que te acompañará el resto de tu existencia es ver morir a un hijo. ¿ Que sentimiento les queda a los filicidas?


Ignoro si puedes elegir a la criatura cuando la adoptas. A lo peor, los muy ricos sí. O sea: que quiero a una niña rubia, con ojos azules y sonrisa de Gioconda. Y entiendo que es humano que deseches en tu elección a críos con genéticos e incurables problemas psíquicos o físicos. Pero es obligatorio que cuando asumes una responsabilidad tan grande cumplas con ella hasta tus últimos días, intentes donar a ese hijo adoptado todo tu amor, seguridad, un presente y un futuro dentro de tus posibilidades que proporcionen a esas criaturas provenientes de orfanatos o supervivientes en la puta calle (se me saltan las lágrimas con las despedidas nocturnas de Michael Caine en Las normas de la casa de la sidra a esos niños abandonados, cuando les dice ritualmente: “Dormid bien, príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra” y la carita de estos se ilumina) el mayor bienestar, calor humano, protección, la sensación de que han encontrado su lugar en el mundo.
Cuentan que el jurado ha necesitado cinco días de deliberaciones antes de emitir su juicio sobre un suceso que tendría un lugar destacado en la historia universal de la infamia, un horror calculado, prolongado y letal sobre una cría al parecer maravillosa. Y si hubiera sido una bruja sus matadores merecerían igualmente lo peor.
Nadie va a resucitar a la drogada y asesinada criatura china, pero todos dormiríamos mejor si el veredicto del jurado popular hubiera afirmado que los padres eran inocentes en la muerte de su hija Asunta. Sería más tranquilizador. Podríamos echarle la culpa a monstruos anónimos que nos resultan muy lejanos, a que el mal en estado puro jamás podrá encarnarse en personas aparentemente civilizadas que planean y ejecutan durante meses el crimen de su hija. Aseguran que la pena más dura y que te acompañará el resto de tu existencia es ver morir a un hijo. ¿ Que sentimiento les queda a los filicidas?
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