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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Cínicos

En 'Alpha House', de cuatro senadores republicanos solo uno es el puritano que sus electores creen. Para prosperar en la derecha de EE UU hay que dar gusto a los ultras

Ricardo de Querol
Mark Consuelos, John Goodman, Matt Malloy y Clark Johnson interpretan a cuatro senadores en 'Alpha House'.
Mark Consuelos, John Goodman, Matt Malloy y Clark Johnson interpretan a cuatro senadores en 'Alpha House'.

En España repetimos mucho que somos un país cainita y guerracivilista, pero cuando vienen las urnas todos se dan codazos por ubicarse en el centro. Para polarización, la de la campaña presidencial de EE UU, que constata que los republicanos se han corrido a la extrema derecha. No solo da miedo el grotesco Donald Trump.

Entre las muchas series americanas sobre políticos (Veep, Madame Secretary, House of Cards, ahora The Good Wife) figura una comedia, Alpha House, sobre cuatro senadores de la derecha que comparten piso en Washington. Solo uno es el puritano que esperan sus electores: los otros tres son unos cínicos y vividores que hacen lo que sea por su sillón. Tienen que salir en la tele al estilo de Santamaría en El hormiguero, acudir a sesiones de oración, complacer a los lobbies. “Ir a las elecciones es humillante”, confiesa uno.

Aunque irregular, la ficción producida por Amazon, que emite Canal + Series —segunda temporada; la tercera no se ha confirmado—, tiene como gancho el ácido retrato de la deriva del Partido Republicano. Para hacer carrera allí hay que negar la evolución y el cambio climático, oponerse a la píldora y a la homosexualidad, apoyar el uso de armas pese a las reiteradas matanzas, forzar el cierre de la Administración a menudo y bloquear todo lo que suene a socialista, sea la asistencia sanitaria o las becas. Sienten la presión de un integrismo que es cristiano al estilo Cañizares: sin asomo de caridad (¿qué Evangelios leen?).

En la serie, el senador que interpreta John Goodman se harta de todo y graba un vídeo desde la playa de su pueblo en que sale del armario de la moderación y añora cuando su partido era responsable. Faltan voces así. Dicen que las primarias se juegan en los extremos y las presidenciales en el centro. Que ahora van a por los fieles y luego serán pragmáticos. Ha escrito Paul Krugman que los republicanos “no pueden estar hablando en serio”. Ojalá sea cierto que son cínicos y no fanáticos.

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

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