Once orejas y un rabo, un indulto y el susto de Padilla, balance en Aranda

Once orejas y un rabo se pasearon en la triunfal tarde de toros celebrada en Aranda de Duero (Burgos), en la que Sebastián Castella cortó cinco, Morenito de Aranda indultó al quinto, y Juan José Padilla se desvaneció tras la lidia del primero. El torero se desplmó cuando daba la vuelta al ruedo con las dos orejas de su primer toro; trasladado a un hospital, los médicos descartaron que padeciera una dolencia grave.

Con más de tres cuartos de entrada, se lidiaron cinco toros de Victoriano del Río y uno -el segundo- de Torrealta, justos de presentación y de juego desigual. Destacaron primero, cuarto y, sobre todo, el quinto, de nombre Decano, número 52, que fue indultado.

Juan José Padilla, dos orejas en el único que mató; Sebastián Castella, dos orejas, oreja y dos orejas en el que mató por Padilla, y Jesús Martínez Morenito de Aranda, que sustituía a José María Manzanares, dos orejas, y dos orejas y rabo simbólicos.

Puerta grande para Climent

El novillero Cristian Climent se convirtió en el primer triunfador de la tradicional y prestigiosa feria de novilladas de la localidad valenciana de Algemesí, gracias a las dos orejas que logró de su segundo novillo de Rehuelga, que lidió un gran encierro.

Con lleno en los tendidos, se lidiaron cuatro novillos de Rehuelga, de procedencia Santa Coloma, desiguales de presentación y de muy buen juego en conjunto.

Cristian Climent: pinchazo y estocada (silencio tras aviso); y estocada en dos tiempos (dos orejas), y Luis David Adame, que sustituía a Pablo Aguado: estocada corta y delantera (oreja); y tres pinchazos y estocada (silencio tras aviso).

Cristian Climent no estuvo a la altura de su primer oponente, en una labor en la que llegó a tomar el olivo hasta tres veces y que careció de sosiego y quietud. En el tercero, en cambio, aprovechó la óptima condición de su antagonista para torear sobre la mano izquierda en series que fueron muy ovacionadas.

El mexicano Luis David Adame, que sustituía al convaleciente Pablo Aguado, causó buena impresión en Algemesí, y se mostró muy variado con el capote en sus dos enemigos, en el primero de los cuales compartió banderillas con Climent. La faena de muleta la basó sobre la mano izquierda con naturales despaciosos y con calidad, y se adornó con vistosos molinetes.

En el cuarto, el mexicano permitió que el picador se ensañase con el animal, que llegó muy apagado al último tercio. La faena no tuvo contenido.