Ruina
Los griegos (no todos, faltaría más) van a seguir jodidos o agonizantes en el caso de que acepten su terrorífica deuda, pero también si les dejan sin el euro y retornan el arcaico dracma


El presentador del informativo de Antena 3 repite un par de veces que el referéndum griego va a ser apasionante. Si no supiera a qué se refería deduciría que la definición “apasionante” corresponde a un partido entre el Real Madrid y el Barcelona, a la actuación de un genio de la música, a una carrera de fórmula 1. Lo relacionas con algo positivo, fascinante o lúdico. A continuación, deduce que ha pervertido el lenguaje y añade que también dramático.
Yo, con mi afición al tenebrismo, iría más lejos. Lo definiría como trágico, tanto si gana el sí como el no. Los griegos (no todos, faltaría más) van a seguir jodidos o agonizantes en el caso de que acepten su terrorífica deuda, pero también si les dejan sin el euro y retornan el arcaico dracma, si agachan la cabeza o si la levantan en plan kamikaze.
Y continúa mi pasmo ante los eufemismos del lenguaje. El señor Juncker repite hasta la náusea, con la masificada y despreciativa convicción de los políticos de que somos tan cortos de entendederas que hay que repetirnos machaconamente lo que pretenden vendernos, que si triunfa el no en el referéndum Grecia quedará en una posición “dramáticamente débil”. Que sepamos hasta ahora en la historia del mundo, la debilidad siempre ha ido acompañada del drama, jamás de la alegría o la comedia.
Igualmente recalca el presentador que la decisión que tomen 11 millones de personas va a afectar poderosamente en los bolsillos de 500 millones de europeos. Acabemos. En el fondo, es muy confortable, e incluso te puedes permitir el lujo de la piedad, observando la ruina ajena, mientras que tu estás calentito y mantienes con relativa salud la cuenta corriente en tu banco. No haces desesperadas colas para poder sacar en el cajero 50 milagrosos euros. Eso, los que dispongan de tarjeta, los que posean algo. Pero deben de existir bastantes griegos que ya solo pueden mantenerse del aire.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
El temporal dispara hasta el 82% las reservas de agua de las cuencas internas de Cataluña
Vídeos de ajedrez | Alan Pichot se resarce con mucho arte
Trump presionará este lunes a Netanyahu en Mar-a-Lago para que el plan de paz en Gaza pase a su segunda fase
El juzgado archiva el caso contra el lotero de Lugo acusado de simular un robo de 400.000 euros
Lo más visto
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- El giro del PP con Vox: de prometer no gobernar con la extrema derecha a normalizarlo tras el resultado en Extremadura




























































