¡Y tanto que vota al PP!

Sentarse a ver una edición cualquiera, al tuntún, del telediario de La 1 es una prueba de inequívoca transparencia a su manera. Observar cómo, por ejemplo, ayer, a los nueve minutos iniciales de la crisis griega, siguieron la catarata de ministros y dirigentes del PP avisando de cuál viene a ser la senda a seguir para no caer en el corralito, no deja lugar a dudas: el máximo responsable de RTVE, José Antonio Sánchez, nos tenía que haber evitado aquella confesión pública tan ejemplarmente profesional cuando, sin sonrojo, soltó que vota al PP.

Queda clarísimo. Ayer a las tres, tras señalar los desmanes de Tsipras y Varoufakis, apareció un coro unísono repitiendo lo mismo: el peligro de los populismos. Ni una grieta en el discurso. Nada de razones, tensiones, posibilidades de salida a la crisis. Vino de perlas el combate Grecia contra la UE para darle sentido a lo que interesa en campaña con vistas a las generales. Así, día tras día.

Desde el presidente del Gobierno, el primero en la cadena de reacciones oficiales, a Sarkozy, un buen amigo que de visita por España, impagablemente, soltó para el corte: “Por fortuna, tienen un Gobierno que ha hecho lo que tenía que hacer”. Desde Luis de Guindos y Soraya a Aznar, en ese acontecimiento informativo de primera que fue la inauguración de los cursos de FAES, con su think tank neocon abdominal y estival, a Dolores de Cospedal, arropada por el encantador exlíder, tanto en directo y diferido, como diría esta Dulcinea ya desahuciada del Toboso en Castilla-La Mancha... Todos a una: ¡mucho mejor ser populares que populistas!

No tenía que haberse tomado tanta molestia Sánchez en admitirlo. Cumple de lujo con la misión que se le ha encomendado, aparte de mostrarse perfectamente ecuánime con la opción de voto que confiesa. Otra cosa es con la profesión a la que dice pertenecer. ¿Periodista? Ni en sueños.