John Talabot: “El techno y el house son ya cosas antiguas”
El enigmático y joven Dj barcelonés triunfa en Europa con su electrónica atemporal
“Me siento extraño cuando la gente dice cosas buenas sobre mí porque me da la sensación de que no las merezco”. A John Talabot (su nombre real es Oriol Riverola) no es fácil desenmascararle. Él dosifica a su antojo el espacio, selecciona con cautela el turno de sus intervenciones, se deja ver sólo cuando le apetece o cree conveniente. “Tengo ese complejo de no querer aburrir a la gente, a veces tengo la sensación de que no tengo nada interesante que decir. Que se me acerque gente a preguntarme cosas se me hace extraño, por mi manera de ser, muchas veces pienso que no es lo que imaginé de mi vida. Puedo parecer un aburrido, un borde, o alguien que no entiende muy bien lo que le está pasando. Hay gente que gestiona muy bien lo de la prensa, pero a mí siempre me ha costado más. Eso sí, cuando hago una entrevista aprovecho para contarlo todo. Además, he intentado eliminar un poco de ese misterio que había sobre mi figura, había quien se pensaba que era por el tema de las fotos. Nosotros las escogimos así, simplemente porque nos parecían más interesantes, lo de la capucha con el papel de plata tenía mucha fuerza. Era como crear un personaje, y me hacía gracia utilizarlo”.
Él es amo y señor de esa electrónica con patente de aquí que se exporta con éxito al exterior, junto a Marc Piñol y Pional ha creado una especie de Triángulo de las Bermudas. Es cierto que no es profeta en su tierra, aunque eso no le quita el sueño. Sin embargo, si que le inquieta más que la electrónica no tenga aún derecho a advertir su campo de acción. “A la cultura de baile en España se le ha menospreciado un poco. Las personas que velan por la cultura no les ha parecido algo relevante. Realmente Sónar, porque ha decidido ser importante por si mismo, en Inglaterra en cambio todo el mundo ha tenido algo que ver con la radio, allí ese medio es muy importante, cosa que aquí no tenemos. O en América, que tienen el hip-hop, que es como el pop de aquí, nosotros eso no lo acabamos de pillar. Nos queda bastante lejos a nivel cultural y de sonido, y eso no tiene cabida en radios, a veces ni tan siquiera entra Kanye West”.
Una vez rompes el hielo, con John Talabot da gusto hablar de música, piropea al crooner Frank Ocean, le fascina Kendrick Lamar, se aburre con Alt-J y Drake, está obsesionado con un sello de Trinidad y Tobago (Kalimba), saborea a Jungle y Disclosure, y sin que venga mucho a cuento, salen a colación Vangelis. A propósito de su pase en Primavera Sound en la carpa Red Bull Academy prepara desde hace dos campañas una sesión especial de baile, con aires de funk, y del sonido soul que está tan de moda. Esta noche estará en el festival Mulafest, que se celebra en Madrid. “Quizás la propuesta que me parece más interesante dentro del género es la de James Blake, tiene un poso soul muy brutal, los acordes que utiliza vienen del gospel, de soul clásico, de R&B, todo ello mezclado con ese punto de electrónica de subgraves, él lleva las cosas más allá, una persona comercial pero que no se estanca, que quiere innovar, y eso desde su posición es difícil de gestionar. Podría coger a un gran productor y hacer un disco del tipo de los que hacía Amy Winehouse, pero no lo hace porque tiene una personalidad definida con una intención muy clara”. John Talabot regenta el sello Hivern, va a trabajar próximamente con Young Turks, e incluso participó en “Continuum”, un corto experimental de Sofia Mattioli.
En cuanto a la electrónica su visión sobre el género no es categórica, ni el mismo sabe si el barco tiene visos de hundirse o en cambio se va a mantener a flote. “La electrónica ya no es ni un género, el techno es una cosa antigua, y el house también. Es como el pop, están muy establecidos. Por ejemplo, un cantautor de guitarras puede hacer mil veces la misma canción, en cambio una persona que se dedica a la electrónica, tiene más presión, a nivel de productor y de sonido, mientras que un cantautor mientras siga haciendo canciones buenas, lo tiene solucionado. Y que conste que no es mi caso, yo soy de canciones y de cosas muy simples. Me gusta estar atento a la evolución, claro está, pero a la vez, como soy una persona muy simple, de los temas lo que me gusta es que sean cuatro elementos, muy bien puestos y ordenados, con unas cadencias especiales, con unos ritmos que no sean nada tópicos. Y crear atmósferas, eso le da una credibilidad a tu música. En realidad, ahora la electrónica es como un instrumento más. Me cuesta describir el estilo como tal”.
Además de pinchar música a lo largo y ancho del planeta, John Talabot graba discos, fIN fue el primero (elegido por El País como mejor disco de 2012); denso, absorbente, oscuro. “Mis discos me los tomo como un proyecto aparte, un álbum es una oportunidad para poner en juego normas nuevas, al fin y al cabo los Ep´s de baile siguen teniendo una función clara. En cambio, en otras dinámicas puedo marcar otras pautas, es lo más interesante de un álbum, definir los bordes, saber dónde te vas a mover. Que no haya un vínculo con mi música previa me libera bastante, ya que puedo dar algo que antes no tenía. En mis álbumes tengo que ver como va a quedar el mapa, y si no lo veo me cuesta imaginarme como va a ser. Con fIN nunca creí que fuera un álbum tan especial, pero luego me he encontrado a gente que me ha dicho que era el disco que más habían escuchado en su vida después de Radiohead, y yo no lo considero así de bueno. Si bien, tú la percepción de la gente no la controlas. Yo me responsabilizo mucho de las cosas, y las sufro, pero hay factores que no dominas. Sinceramente, ahora quiero hacer un álbum con el que aprenda, con fIN no pude tener a nadie a mi lado que me dijera como mezclar, y por primera vez siento que tengo la oportunidad de tener una serie de profesionales a mi lado que me ayuden”.
Babelia
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