Antonio José, de ‘La voz’: “No es fácil entrar en el mundo de la música”

“No es fácil entrar en el mundo de la música. He presentado muchas maquetas y siempre me he encontrado con un ‘no’ que me frenaba. Pero mi destino estaba aquí, en La voz”, cuenta con ojos cansados Antonio José, ganador del talent show de Telecinco. Ha pasado tan poco tiempo desde que este cordobés de 20 años se hizo con el triunfo que, entre las altas horas a las que acaba el programa y la fiesta posterior, ni siquiera ha dormido cuando responde a las preguntas de la prensa. “Estoy deseando llegar a mi tierra para celebrarlo”, confiesa. Una reñida final en la que Marcos le disputó el puesto hasta el último minuto, mientras que Maverick quedó tercero y Joaquín fue el primer eliminado.

“Todos merecíamos ganar. Marcos era mi rival más fuerte, tiene muchísimo talento, es muy buena gente y canta como los ángeles”, admite el concursante. Acompañado de su coach, Antonio Orozco, aún no es consciente de lo que ha conseguido: la oportunidad de grabar un álbum con la compañía Universal Music Spain, discográfica a la que pertenecen artistas como Lady Gaga, Madonna o Eminem.

De niño, en 2005, representó a España en el festival Eurojunior, quedó en segunda posición y se considera un auténtico luchador. No puede contener las lágrimas cuando recuerda su última actuación, en la que hasta se sentó en el suelo agarrado a sus amigos presentes en el plató. Sin temor alguno, se lanzó a cantar el tema con el que Malú debutó en el mundo de la música, Aprendiz, dándole su toque personal con claro acento flamenco.

Una final de la tercera edición que vieron 3.797.000 espectadores (28,3%) y a la que Antonio José no habría llegado de no ser por su madre. “Fue ella quien me presentó y unos días antes de ir al casting me dijo que tenía que irme para Sevilla. La verdad es que no me puedo creer lo que me está pasando. Soy consciente de que tuve una pelea con la música, no me devolvía todo lo que yo le daba. Pero Antonio apostó por mí desde el principio y, para mí, que mi ídolo me apoye de esta manera es lo más grande que me ha podido pasar”, dice mientras echa una mirada cómplice a su mentor.

Como si fuesen grandes amigos de toda la vida, Orozco y él desprenden un cariño especial y contagian su alegría a cualquiera que se acerque. “Me deja sin palabras la capacidad que tiene de enfrentarse al escenario que a mí más me impone: el de La voz. No sé si será la edad, que es de Córdoba o que le guste el salmorejo”, bromea el coach, “pero la gente empatiza con lo que él dice, no con lo que canta. Ese es el hilo conductor de toda la selección de canciones que ha interpretado”.

Después de tres meses unidos, trabajando juntos y pasando cada vez más tiempo pegados el uno al otro, llega el momento de separarse. El joven le pedía que por favor no le abandonase, sin embargo, la realidad es otra y, como dice Orozco, el que le va a dejar antes va a ser él. Humilde, amigo de sus amigos y amante de la soledad, le encanta pasear con sus cascos por la Mezquita y confiesa que, pese a la fama que pueda alcanzar, no ve un futuro en el que no sea él mismo, Antonio José.