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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Waterloo decidió el destino de Europa

Napoleón perdió en el campo de batalla. Se quebraron sus aspiraciones de poder

Waterloo decidió el destino de Europa y, en gran medida, del mundo. Puso fin a la lucha por la supremacía entre las dos potencias de la época, la Francia continental y la Inglaterra marinera. Enfrentó a los dos genios militares del momento. Un Napoleón que trató de hacerse de nuevo un lugar en el sol,y el duque de Wellington, brillante jefe de operaciones que había ido derrotando uno tras otro a los ejércitos franceses en la guerra por Portugal y por España.

Napoleón perdió en el campo de batalla. Se quebraron sus aspiraciones de mantenerse en el poder tras incesantes guerras de pillaje, extorsión y rapiña. No así su capacidad de reinventarse el pasado. Todavía hoy, afirma el diario belga Le Soir, muchos de los turistas que visitan el campo de batalla creen en su victoria.

Waterloo contribuyó de manera decisiva a asentar ciertos mitos que, en el siglo XIX, pasaron a engrosar los esfuerzos de construcción de la identidad nacional en países como el Reino Unido (la victoria de un pueblo libre llamado a destinos imperiales), un sector de Francia (derrotada por las armas, sí, pero no por las ideas), Prusia (superó la humillación que le habían infligido los franceses), Austria (volcada en conservar su imperio) y Rusia (potencia emergente en el Este). También en España.

Waterloo no fue una batalla que, en pura técnica militar, aportara grandes novedades. Napoleón no supo aprovechar las ventajas que caracterizaban a su ejército, en particular la movilidad. No reconoció bien la topografía. Su información sobre el enemigo, al que despreciaba, fue deficitaria. Empezó tarde las hostilidades. Se empeñó en mantener acciones supletorias para pasar luego a ataques frontales contra el bien defendido centro aliado. Wellington mantuvo la continuidad. Aplicó las lecciones aprendidas en Portugal y España. Sus tropas dilataron la resolución de las acciones secundarias. Resistió las embestidas. Su infantería se comportó disciplinadamente y desplegó una gran potencia de fuego. La artillería, colocada en contrapendiente, hizo trizas a las columnas francesas. Contó con la ayuda prusiana. Venció el mejor general. Pero Europa terminó cambiando.

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