Cristina Pedroche: “Me ha encantado, pero no sabía que iba a ser tan duro”

Ocho etapas. 3.500 kilómetros de ruta. Un euro al día. Paisajes increíbles. Aventura, ingenio y los imprescindibles piques entre concursantes. Pekín Express arrancó el lunes 25 de mayo con sus ingredientes de siempre, pero nueva cadena (Antena 3) y nueva presentadora. Cristina Pedroche (Madrid, 1988) no dudó ni un momento en aceptar el reto de ponerse al frente del espacio, tomando el relevo de Jesús Vázquez. “No era fiel seguidora del programa, aunque lo conocía. Cuando me dijeron que lo iba a presentar, vi una edición de Raquel Sánchez-Silva y me encantó, pero no sabía que iba a disfrutar tanto. A mí, que soy tan deportista, me encantó la propuesta, pero tampoco sabía que iba a ser tan duro. Si yo, que soy la presentadora, lo he pasado mal, imagínate ellos”, dice a EL PAÍS.

Aunque en imagen solo se ve a los aventureros, el equipo que se mueve detrás es grande, compuesto por profesionales tanto españoles como belgas —se trata de un formato de este país—. “Hay muy buena sintonía. El equipo belga ha hecho todos los Pekín Express de todos los países, y los de Boomerang [la productora en España] han hecho todas las ediciones de aquí”.

Pedroche destaca la buena sintonía que había entre todos los miembros del equipo, aunque destaca la labor de Mary, quien la maquillaba y peinaba. “Era más que eso; era mi persona de confianza. Si tenía que ir al baño y me daba miedo, venía conmigo y me daba la mano. Es que piensa que estás en mitad de la nada, tienes que hacerlo en un agujero, con bichos... Yo soy muy guerrera y me acostumbré enseguida, pero el primer día fue un shock”, comenta entre risas.

Para Pedroche es su primera experiencia como presentadora de un programa en horario de máxima audiencia, y la responsabilidad era grande. “Pero me he visto bien. Empecé con miedo, sabiendo que voy a tener muchos ojos mirándome. Pero me lo han puesto fácil; me sentí muy arropada. Es un registro distinto, más serio; no soy la que busca el chiste fácil, sino que soy la directora de carrera y me tienen que hacer caso”, puntualiza la colaboradora de Zapeando.

Buena parte del atractivo de Pekín Express radica en las parejas de concursantes, una selección que se realizó entre más de 50.000 personas. De la pareja de amigas de Canarias, María del Amor y Yareli, hasta los gemelos, Manuel y José Luis, pasando por los dos desconocidos, el vasco Aitor y la andaluza Charo, forman un grupo variopinto en el que los choques producto de la tensión y la competitividad resultan inevitables. “Todos son personas muy auténticas, aventureros que van superando todos sus miedos. Yo me emociono mucho con ellos”, cuenta Pedroche.

En la Ruta de los Mil Templos pasarán por Myanmar, Malasia y Singapur, destinos paradisiacos que harán sufrir a los concursantes. “Los paisajes son maravillosos, pero lo que más llama la atención es la gente. No tienen nada y te lo dan todo. No entienden nuestro idioma, pero hacen un esfuerzo por entenderte. Y siempre con una sonrisa”, recuerda Pedroche, que asegura que no realizó ninguna preparación especial para el programa. “Me dejé llevar por la aventura. Fui con la mente abierta para disfrutar y aprender. Los primeros días me costaba dormir por la noche por la presión que sentía y que me ponía yo, pero según iban pasando los días estaba más relajada y disfruté más”.

En cuanto a la gastronomía de aquellas tierras, la presentadora destaca como lo más extraño el bronoc: “Es un pepino marino que lo cogen de la tierra vivo, lo trocean y lo comes crudo. No estaba nada bueno”.

Y, aun así, Pedroche no dudaría en apuntarse a Pekín Express como concursante. “Cuando me propusieron ser la presentadora pensé que me encantaría ser concursante. Cuando estaba allí dije: ‘Jamás me presentaría como concursante, porque si yo lo estoy pasando mal, cómo lo estarán pasando ellos...’. Pero ahora que se ve con perspectiva, la experiencia es tan maravillosa que claro que me presentaría”.