Carlos Álvarez regresa a la Zarzuela como broche de oro de temporada
El barítono vuelve al teatro en el que debutó hace 25 años para ‘La marchenera’
Hace 25 años un joven barítono malagueño se presentaba en el escenario del Teatro de la Zarzuela. Con su acento del sur y su voz portentosa, Carlo Álvarez buscaba su hueco en La del manojo de rosas en la que estaba Plácido Domingo. Llegó, cantó y convenció. Aquel título fue su debut hace un cuarto de siglo en el teatro de la calle Jovellanos, y ahora ha regresado tras unos años de enfermedad y con todas las fuerzas renovadas para interpretar al Conde de Hinojares de La marchenera, zarzuela de Moreno Torroba que sobre el papel es prácticamente un esbozo. Antes pasará por el teatro otra zarzuela, también en versión dramatizada, La Dogaresa de Rafael Millán.
“Es muy importante recuperar este tipo de repertorio y hacer que siga siendo actual en los tiempos presentes. Un repertorio que en algún momento no entiendo por qué no fue tratado bien”, dice el barítono sin poder quitar la sonrisa de su rostro. Como un niño con juguetes nuevos, vuelve a la que considera su casa: “No veo la hora de que llegue el lunes a las diez de la mañana para meterme en el primer ensayo”. Álvarez estuvo retirado de los escenarios por enfermedad y no regresó a las tablas hasta hace cuatro años y ahora siente una gran responsabilidad.
La misma que siente el director musical, Miguel Ángel Gómez Martínez, que se ha encontrado con una partitura en un estado caótico. “Hay una partitura de Moreno Torroba que es una primera versión, está muy sucia y tiene números que luego suprimió, escrita como con mucha prisa y de una forma poco clara”, explica el director, que ha tenido que usar para dirigir una reducción de orquesta para piano en la que se ha dado cuenta “que hay más notas falsas que verdaderas”, lo que ha ido obligando a parar los ensayos y averiguar en qué instrumento aparece la nota equivocada, ya que el papel no la refleja. Además, uno de los herederos ha impedido que se haga una edición crítica de la partitura, por lo que no ha quedado otra. Aunque sea una versión de concierto y no haya decorados ni vestuario, la orquesta sí que estará en el foso para dar más libertad a los cantantes.
También ha tenido trabajo el encargado de la dramaturgia, Javier de Dios. “Todo lo que ocurre, sucede fuera de escena. Así que he creado una situación en la que en un teatro de variedades de Madrid en 1927, un empresario contrata a un libretista para que escriba una obra que reflote la sala. Son dos personajes con dos visiones opuestas del teatro que entran en conflicto, y la creación del propio libreto va dando pie a los números musicales”, cuenta De Dios. En La Dogaresa, De Dios ha optado por la fórmula de darle protagonismo a dos personajes que en la partitura original son secundarios, y que ejercen de maestros de ceremonias para guiar al público por esta pieza que vive en una Venecia idealizada.
En esta obra, quien dirige a la Orquesta de Navarra –invitada para la ocasión- es Cristóbal Soler. “Con La Dogaresa estamos ante una partitura romántica con momentos bastante veristas. Es una obra que fue grabada en los años 60 por Argenta, pero en la que habrá números eliminados que podrán escucharse por primera vez, como la tarantella que sirve a modo de intermezzo o el número de la hechicera”, cuenta Soler. En esta producción destaca el debut de “grandes voces”, según ha definido el director, como la de la peruana Ximena Agurto o el coreano Jong-Hoon Heo, que dice Soler que han dejado fascinada a la orquesta.
Las dos zarzuelas podrán verse durante esta segunda mitad del mes de mayo en el Teatro de la Zarzuela, y aunque no haya vestuario ni decorados, Javier de Dios promete que “aquí hay mucho teatro”, y que se huirá del estatismo y el hieratismo. La Dogaresa estará en las tablas del teatro los días 22 y 24 de mayo, cuando le tome el relevo La marchenera los días 28, 29 y 31.
Babelia
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