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'Mad Men': por dónde íbamos y a dónde vamos

Natalia Marcos

Se nos acaba Mad Men. Ya está aquí el principio del fin. Ahora de verdad. Sin red. Siete capítulos y no habrá nada más. Solo la posibilidad de volver a verlos una y otra vez. Antes de que nos demos a la bebida todos juntos para acompañar a Don en el que será su último salto al vacío, como ese de los títulos de crédito, hoy hacemos memoria para recordar por dónde íbamos y jugamos a intentara adivinar hacia dónde nos llevarán estas siete píldoras de emoción y grandeza televisiva (esperemos) que quedan por delante. ¿Preparados para despedir Mad Men ? Nosotros no, pero no nos queda más remedio.

- ¿Por dónde íbamos? (spoilers de lo visto hasta ahora)

En Mad Men, es menos importante qué ocurre que cómo ocurre. En eso ya estamos todos de acuerdo. No vemos la serie esperando grandes giros de los acontecimientos ni sorpresas repentinas (que las hay). Mad Men es para degustar lentamente, sin prisa. Incluso mejor en solitario. Como harían Don y Peggy, dos de los personajes más tristes y solos de la televisión. Así fue como les dejamos al final de la primera mitad de la última temporada, con los protagonistas siguiendo por sus televisores la llegada del hombre a la Luna y consternados tras la muerte de Cooper (su surrealista y musical despedida fue la última escena de lo que llevamos de serie).

Cooper

Don había regresado a su antigua oficina tras haber aceptado las condiciones que le pusieron, condiciones que, precisamente, Jim Cutler quería usar para echarle. Ante tal situación, y con la repentina muerte de Bert Cooper que deja a Sterling y Draper en minoría, Roger busca una salida haciendo que compren la agencia, él se convierte en presidente de Sterling Cooper y Don y Ted siguen dentro de la compañía.

Don no solo tenía problemas en el trabajo. Su relación con Megan, con ella en Los Ángeles y él en Nueva York, no iba a ninguna parte. Y así se lo termina haciendo ver ella en la última conversación telefónica que mantienen.

Peggy sigue manteniéndose en un mundo de hombres, haciéndose valer por ella misma, pero con la ayuda de Don, con el que en la recta final de aquella primera mitad compartía confidencias y baile al ritmo de My Way (una de las secuencias más tiernas y memorables de toda la serie). "Ya he cumplido 30. Ahora soy una de esas mujeres que mienten sobre su edad". El recorrido de Peggy es uno de los más interesantes de todos los personajes y representa el poder de las mujeres en ese mundo. Don sin sus mujeres no es nada. Peggy, sin los hombres, sí lo es. Ya demostró que podía volar fuera del ala de Don.

Donpeggy

¿Y el resto de personajes? Joan sigue siendo madre soltera tras declinar la oferta de matrimonio (de conveniencia) de Bob Benson. Betty sigue siendo... Betty. La esposa perfecta, el ama de casa perfecta, la mujer perfecta... en los sesenta. Dice que para ella Don ya es solo un mal recuerdo. Seguro que se volverán a encontrar en lo que queda de serie. La hija de ambos, Sally, sigue con su postura cínica y superior al resto de los humanos, una adolescente que aúna lo peor de sus progenitores y hace uso de ello siempre que quiere y puede. Pete Campbell sigue (y seguirá, seguro) representando todo lo peor de aquellos hombres de la avenida Madison en los años sesenta/setenta. Pete es odiable, y por eso es imprescindible.

- ¿A dónde vamos?

¿Quién sabe cómo acabará todo esto? Matthew Weiner dijo hace tiempo cuál se suponía que iba a ser el final. Pero aquello fue hace cuatro años. Nadie asegura que fuera la versión definitiva (o buena) del final que tenía en mente. Y más si tenemos en cuenta la obsesión que el creador de Mad Men tiene con los spoilers. Tanta que, como recogía Rocío Ayuso en un reportaje publicado ayer, había dado un texto falso a los actores en la lectura del último guion, y solo en privado en su oficina les dijo cuál era la versión buena del final. Toda precaución es poca.

Madmen

¿Morirá Don Draper al tirarse de lo alto de un rascacielos, como en la imagen de los créditos de apertura? Demasiado obvio. ¿Apostará Weiner por un final abierto, con un fundido a negro sin más? ¿O lo hará por dejar atado y bien atado todo el futuro de los personajes, mostrando su situación años después? ¿Se sacará de la manga otra opción diferente para dar el final que se merece a una de las mejores series de esta era dorada de la televisión?

Otra pregunta más. ¿Realmente importa cómo acabará Mad Men? Si algo saben ya los seguidores de esta serie, los que han llegado hasta la séptima temporada (somos conscientes de que mucha gente se ha quedado por el camino), es que lo importante es el trayecto. El final solo nos servirá para llorar todos juntos, a modo de catarsis. Ahí es a donde se dirige Mad Men. Es difícil que alguien como Don Draper pueda tener una posibilidad para redimirse. ¿Don Juan Tenorio arrepitiéndose de sus pecados en el último suspiro en una serie de televisión de hoy en día? Complicado. Don no ha cambiado en siete temporadas y no lo va a hacer en siete capítulos. Tampoco queremos que lo haga. Para Walter White no podía haber salvación. Tampoco para Don. ¿Cuál será su condena? ¿El purgatorio eterno? Quizá. Veremos.

Comentarios

una pena que se acabe esta serie, siempre nos quedarán ganas de más y más capítulos, o volver a ver los antiguos
Este está siendo un año de finales de series. A ver por donde tiran con Mad Men, pero me temo que no le llegará ni a las suelas de los zapatos del fin de fiesta que se están montando los creadores (dicho en un sentido amplio que incluye a directores, guionistas y actores) de Justified, de cuya última temporada nadie está hablando y que se merece muchos más merecimientos que otros finales de series sosos y desangelados.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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